Javier Sierra, javier.sierra@sierraclub.org
(English follows)
Washington, DC — Aunque aumenta la evidencia de que los fogones de gas llenan las cocinas y hogares de gases peligrosos, el Fondo Educacional del Grupo Nacional de Investigación de Interés Público (US PIRG) y el Sierra Club emitieron un reporte que revela que los grandes minoristas escasamente comparten con potenciales clientes los peligros a la salud de dichos sistemas de cocinado.
También concluyó que los minoristas tampoco comparten las medidas de seguridad que pueden proteger la seguridad del público. En una encuesta realizada en 10 estados, a casi tres cuartas partes de los censados se les dijo que la contaminación de los fogones de gas no era motivo de preocupación, y a más de seis de cada 10 se les indicó que la ventilación era innecesaria para proteger la salud de los residentes.
“Los consumidores están en las sombras sobre la contaminación de los fogones de gas. La industria de gas ha dedicado décadas comercializándolo como seguro y sembrando dudas acerca de los claros estudios científicos que relacionan esta forma de cocinar con el asma y otros males a la salud”, dijo Amneh Minkara, subdirectora de la Campaña de Electrificación del Sierra Club. “Mientras que reconocemos que los vendedores de estos minoristas no deben saber todo sobre este tema, al público se le obliga a depender solo de la información que este personal facilita. Por tanto, los riesgos a la salud asociados con los fogones de gas deben compartirse ampliamente con los consumidores al ofrecer distintas alternativas. Esto seguirá ocurriendo hasta que las agencias federales encargadas de proteger la salud de los consumidores actúen significativamente”.
Hace tiempo que se conocen los riesgos de los fogones de gas. En 1982, Consumer Reports indicó que “los niños de hogares con fogones de gas tienen una mayor incidencia de enfermedades respiratorias y función pulmonar deteriorada que aquellos con fogones eléctricos”. Hace casi 40 años, la Comisión de Seguridad de Productos de Consumidor (CPSC) preguntó a la Agenciad de Protección Ambiental (EPA) si debería preocuparse por el impacto del dióxido de nitrógeno (NO2) emitido por los fogones de gas. La EPA respondió que el contaminante podría tener efectos perjudiciales a la salud y que la CPSC debería investigar las concentraciones de NO2 presentes en las cocinas de Estados Unidos.
Pero estas agencias federales—encargadas de proteger a los consumidores y la salud pública—no han actuado y han dejado al público en gran parte desinformado de los riesgos de cocinar con fogones y hornos de gas y de qué pueden hacer para protegerse a sí mismos y sus familias.
El reporte surge tras estudios que revelan que los fogones de gas emiten continuamente metano y otros contaminantes peligrosos como el benceno, incluso cuando están apagados. Cuando están encendidos, los fogones de gas llenan los hogares de contaminantes como el NO2 en solo minutos, alcanzando niveles que exceden los estándares de aire limpio en el exterior. Entre otros impactos a la salud, los niños que viven en hogares con fogones de gas tienen un 42% más de probabilidades de desarrollar síntomas de asma y un 24% más de ser diagnosticados con asma.
Como respuesta a las conclusiones del reporte y la falta de respuesta federal, Médicos por la Responsabilidad Social (PSR) han ofrecido materiales educacionales y capacitación al personal de Home Depot, Lowe's y Best Buy para ayudar a que los consumidores reciban información exacta sobre la contaminación de los fogones de gas, ventilación y salud.
(English)
Survey finds retailers share little or inaccurate information on gas stove health risks, need for ventilation
WASHINGTON, D.C. — Although growing evidence shows that gas stoves fill kitchens and homes with hazardous air pollution, U.S. PIRG Education Fund and Sierra Club released a new report that found major retailers were largely failing to warn potential customers of gas stove health concerns – and safety measures that could protect their health. In a survey conducted across 10 states, nearly three-quarters of survey takers were told that gas stove pollution was not a concern, and more than six in 10 were told that ventilation was unnecessary to protect health.
“Consumers are largely in the dark about gas stove health risks. The gas industry has spent decades marketing gas stoves as safe and casting doubt on the clear science linking gas stove use to asthma and other health harms,” said Amneh Minkara, building electrification campaign deputy director at Sierra Club. “While we understand sales associates cannot be expected to know everything, the public is currently forced to depend solely on information provided at point of sale so health risks associated with gas stoves should be widely shared when helping consumers make their choices in stores - that is until the federal agencies charged with protecting consumers and public health take meaningful action.”
The health risks of gas stove pollution have long been recognized. In 1982, Consumer Reports noted that “children from gas-stove homes have a greater incidence of respiratory illness and impaired lung function than those from homes with electric stoves.” Nearly 40 years ago, the Consumer Product Safety Commission (CPSC) asked the U.S. Environmental Protection Agency (EPA) if it should be concerned about the impact of nitrogen dioxide (NO2) emitted from gas stoves. The EPA responded that the pollutant could have harmful health effects, and CPSC should investigate the concentrations of NO2 occurring in America’s kitchens.
But these federal agencies - tasked with protecting consumers and public health - have yet to act, leaving consumers largely unaware of risks of cooking with gas-burning stoves and ovens and what they can do to safeguard themselves and their families.
The report comes on the heels of studies finding gas stoves continually leak methane and other hazardous pollutants such as benzene into homes - even when off. While cooking, gas stoves fill homes with pollutants such as nitrogen dioxide (NO2) within minutes, reaching levels which exceed outdoor health protective standards. Among other health impacts, children who live in homes with gas stoves have a 42% higher risk of developing asthma symptoms and 24% increased risk of being diagnosed with asthma.
In response to the survey findings and the lack of federal action, advocates at Physicians for Social Responsibility (PSR) have offered educational materials and staff training opportunities to Home Depot, Lowe’s and Best Buy to help ensure consumers are receiving accurate information about gas stove pollution, ventilation and health.
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