Adaptado al español por Gretchen Fournier de un artículo original publicado en The Guardian.
A lo largo de la historia, los científicos creen que los seres humanos han cultivado más de 6.000 especies de plantas diferentes, pero con el tiempo los agricultores se inclinaron por plantar aquellas de mayor rendimiento. Hoy, solo tres cultivos (arroz, trigo y maíz) suministran casi la mitad de las calorías del mundo.
Esa dependencia de una pequeña cantidad de cultivos ha hecho que la agricultura sea vulnerable a plagas, las enfermedades transmitidas por las plantas y la erosión del suelo, una de las consecuencias del monocultivo. También ha significado perder la resiliencia que muestran otras plantas para sobrevivir a la sequía y otros desastres naturales. A medida que los impactos de la crisis climática se vuelven más severos, los agricultores a través del mundo están redescubriendo cultivos antiguos y desarrollando nuevos híbridos que podrían resultar más resistentes a las sequías o epidemias y al mismo tiempo ofrecer nutrientes importantes.
Aquí hay un vistazo a cinco cultivos, más allá del arroz, el trigo y el maíz, que los agricultores de todo el mundo están cultivando con la esperanza de alimentarnos de cara a un planeta más caliente:
Amaranto: la planta que sobrevivió a la colonización
Desde la hoja hasta la semilla, la totalidad de la planta de amaranto es comestible. Con una altura de hasta ocho pies, los tallos de amaranto tienen penachos llenos de semillas rojas, naranjas o verdes. En África y Asia, el amaranto se ha consumido durante mucho tiempo como verdura, mientras que los Indígenas americanos también comían la semilla de la planta: un pseudocereal como el trigo sarraceno o la quínoa.
En las Américas, los colonizadores españoles prohibieron a los Aztecas y Mayas cultivar amaranto cuando llegaron al continente. Sin embargo, la planta siguió creciendo como maleza y muchos agricultores guardaron semillas de amaranto, pasándolas de generación en generación, hasta que a sus descendientes se les permitió cultivarlas nuevamente.
Fonio: el grano tradicional resistente a la sequía
Durante miles de años, los agricultores de África occidental han cultivado fonio, una especie de mijo en grano que sabe un poco a cuscús o quínoa. Históricamente, el fonio se considera el cereal más antiguo de África y algunos lo consideraban el alimento de jefes y reyes. En países como Senegal, Burkina Faso y Malí, el fonio se servía en días festivos, como en las bodas, y durante el mes de Ramadán.
Hoy en día, el fonio llama la atención por su resistencia y beneficios para la salud. A medida que el clima continúa cambiando, su resistencia a la sequía y capacidad para crecer en suelos poco fértiles lo han convertido en un cultivo destacado en regiones con escasez de agua. También tiene un valor nutricional importante ya que es libre de gluten y bajo índice glucémico, lo que lo convierte en una buena fuente de aminoácidos para las personas con diabetes o intolerancia al gluten.
Caupí: la planta completamente comestible
En la década de 1940, se cultivaron más de 5 millones de acres de caupí en los EE.UU., la mayoría para alimentar ganado. Pero mucho antes de que el caupí, también conocido como guisantes del sur o guisantes de ojos negros, llegaran a las Américas, se cultivaban para el consumo humano en África occidental. Aunque la producción de caupí ha disminuido en los EE.UU. en las últimas décadas, el cultivo es muy importante en gran parte de África. Aunque históricamente la gente ha comido principalmente semillas de caupí, las hojas y las vainas también son una buena fuente de proteínas.
Taro: adaptando el cultivo tropical a climas más fríos
En los trópicos del sureste de Asia y Polinesia, el taro se ha cultivado durante mucho tiempo como un tubérculo, no muy diferente de la papa. Pero el aumento de las temperaturas amenazan el cultivo del taro en su hábitat natural, así que los agricultores en los EE.UU. están tratando de adaptarlo a los estados de clima templado ya que no sobreviviría los fríos inviernos estadounidenses.
El Utopian Seed Project en Carolina del Norte, ha estado experimentando con cultivos tropicales, buscando formas de ayudar a las plantas a sobrevivir el invierno. Hoy, están cultivando ocho variedades de taro, incluidas las de Corea, Filipinas, Hawái, China y Puerto Rico.
Al igual que el fonio, el amaranto y el caupí, el taro no es un cultivo nuevo, simplemente es nuevo en el sistema alimentario de los EE.UU. Es por eso que Utopian Seed Project no solo está aprendiendo a cultivar taro, sino también enseñando a las personas a consumirlo.
Kernza: el cultivo mejorado para la crisis climática
Si bien muchos cultivos alternativos son solo plantas que se cultivaron en algún otro lugar del mundo hace generaciones, otros se han cultivado específicamente para resistir el cambio climático.
En la década de 1980, los investigadores del Instituto Rodale en Pensilvania identificaron una hierba parecida al trigo llamada pasto de trigo que podría desarrollarse como sustituto de otros granos.
En 2019, el Land Institute, una organización de investigación sin fines de lucro enfocada en la agricultura sostenible y con sede en Kansas, presentó el kernza, un grano desarrollado a partir de pasto de trigo intermedio. Aunque los investigadores todavía están trabajando para mejorar el rendimiento del grano, los agricultores de Minnesota, Kansas y Montana están cultivando hoy casi 4.000 acres de kernza.
La inseguridad alimentaria es un tema estrechamente relacionado al cambio climático y del cual se habla, y se conoce, muy poco. Por eso en el Sierra Club apoyamos todo proyecto que nos dirija hacia alternativas más sustentables de alimentar al planeta.