Los bosques submarinos de California/California's Underwater Forests

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En el marco del Día Internacional de los Océanos que se cumplió el pasado 8 de junio quería contarles sobre las amenazas y los esfuerzos que ha venido haciendo el Sierra Club para proteger la costa de California, su biodiversidad y en especial los bosques que crecen bajo sus aguas.

¿Bosques bajo el agua? Sí, exactamente. Una inmensa jungla de algas de hasta 80 metros de largo llamadas kelp, cuyas largas hojas tienen tonos que van desde el pardo hasta el brillante anaranjado o marrón. La tasa de crecimiento del kelp es increíble, pues es capaz de crecer hasta medio metro por día. En esa enmarañada selva de plantas viven numerosas criaturas del océano, protegidas por su  espesura de los depredadores marinos. 

Una inmensa diversidad de peces de todo tipo, estrellas de mar, mejillones, erizos, pulpos, cangrejos, leones marinos y nutrias encuentran su refugio allí y todo lo necesario para alimentarse y reproducirse.

Estos bosques de algas marinas crecen a temperaturas menores a 20 °C y en aguas ricas en nutrientes. Sin embargo, la contaminación de las aguas y el cambio climático han puesto en grave peligro estos ecosistemas. 

En el 2013, la costa de California estaba cubierta de extensos bosques de kelp que iban desde San Diego hasta las costas de Oregón. Los bosques submarinos crecían muy cerca de la costa, y las ramas del  kelp podían verse flotando en la superficie por todas partes. Hoy eso ha cambiado radicalmente. En el 2019, el 95 por ciento de esos bosques alrededor de la ciudad de San Francisco habían desaparecido y un lugar tan importante para la fauna marina como la bahía de Monterrey se encuentra seriamente amenazado.

La temperatura del agua comenzó a aumentar en el 2015 debido al cambio climático, y unas corrientes cálidas comenzaron a alterar todo el ecosistema en la zona logrando que los bosques de kelp fuesen desapareciendo. Parece insignificante, pero unos pocos grados más de temperatura hicieron que las estrellas de mar enfermaran, y las pocas nutrias que quedan, grandes depredadoras de erizos, después de años de haber sido cazadas no pueden controlar la gran proliferación de estos espinosos animales. Ahora, los erizos se extienden a lo largo de cientos de millas, devorando vorazmente los tallos que sujetan las algas marinas a las rocas.

Esto es equivalente a un incendio forestal de enormes proporciones, pero la diferencia es que nadie lo ve, porque sucede bajo el agua. 

Un estudio en el año 2016 mostraba que el kelp es capaz de absorber del aire mediante la fotosíntesis hasta 175 millones de toneladas de carbono anuales reteniéndolo en el fondo del océano. Seis años después aún sigue en estudio esta propuesta, contra el carbono acumulado en la atmósfera.

Un grupo alega que las algas marinas son un sumidero de carbono, pues retienen una inmensa cantidad en el fondo marino, tanto como los propios bosques terrestres, otro estudios no están tan seguros de esto, y dicen que las algas marinas al descomponerse son generadoras de carbono, y los animales que se alimentan de ellas también generan dióxido de carbono.

Mientras se clarifica esta polémica, el Sierra Club apoya a organizaciones ambientalistas como Giant Giant Kelp Restoration Project (solo en inglés), quienes hacen esfuerzos por informar y enseñar a la gente en California la importancia de preservar estos bosques sumergidos, tanto como los que crecen sobre la tierra.

English

In the framework of the International Oceans Day that took place on June 8, I wanted to tell them about the threats and efforts that the Sierra Club has come to protect the coast of California, its biodiversity and especially the forests that grow beneath its waters.

Underwater woods?, yes, exactly. A massive jungle of algae up to 80 meters in width is called kelp, whose wide swaths with color tones range from brown to bright orange. The rate of growth of the kelp is incredible, it’s capable of growing up to half a meter per day. In this tangled jungle of plants, numerous creatures of the ocean live, protected by its thickness from marine predators.

An impressive diversity of fishes of all species, sea stars, mussels, urchins, octopuses, crabs, sea lions and sea otters find shelter and everything they need to feed and reproduce.

These kelp forests grow at temperatures below 20°C and in nutrient-rich waters. However, water pollution and climate change have seriously endangered these ecosystems.

As late as  2013, the California coast was covered in extensive kelp forests that stretched from San Diego to the Oregon coast. Underwater forests grew very close to shore, and kelp branches could be seen floating on the surface everywhere. Today that has radically changed. In 2019, 95 percent of those forests around the city of San Francisco have disappeared, and a sanctuary as important for marine fauna as Monterey Bay is seriously threatened.

Water temperature began to increase in 2015 due to climate change, and warm currents began to alter the entire ecosystem in the area, causing the kelp forests to disappear. It seems insignificant, but a few more degrees of heat made the starfish sick. The few remaining otters, great predators of sea urchins cannot control the great proliferation of these spiny animals after years of being hunted. Now the urchins range for hundreds of miles, ravenously devouring the stems that hold the seaweed to rocks.

The loss of these kelp forests is equivalent to a massive forest fire, but the difference is nobody sees it, because it happens underwater.

A 2016 study showed that kelp is capable of absorbing up to 175 million tons of carbon per year from the air through photosynthesis, retaining it at the bottom of the ocean. Six years later this proposal is still under study, which they have called "a silver bullet" against the carbon accumulated in the atmosphere.

Having heralded kelps as a 'silver bullet' for fighting carbon before, this year a group of scientists doubted that, saying even the solution could turn out to be the opposite, that kelp forests by decomposing or being eaten per million sea creatures would release tons of carbon. So the controversy continues.

One group alleges that seaweed is a carbon sink, as it retains an immense amount of carbon on the seabed, as much as the terrestrial forests themselves.  Other studies are not so sure of this, and say that seaweed, when decomposing, is a generator of carbon, and the animals that feed on them also generate carbon dioxide.

While this controversy is cleared up, the Sierra Club supports environmental organizations such as the Giant Giant Kelp Restoration Project, which informs and educates people in California about the importance of preserving these submerged forests, as well as those that grow on land.