Adaptado al español por Gretchen Fournier del artículo original de Jim Robbins publicado en motherjones.com
En el centro de San Francisco, en un garaje que alguna vez fue un concesionario de autos, se está preparando un reluciente electrodoméstico blanco y azul del tamaño de un refrigerador comercial para transportarlo a un hotel en Los Ángeles.
Allí, esta unidad, llamada OneWater System, se instalará en el sótano, donde sus tuberías absorberán gran parte de las aguas grises del hotel, es decir, provenientes de lavabos, duchas y lavandería. El sistema limpiará el agua con filtración, luz ultravioleta y cloro, para luego enviarla de regreso al piso de arriba y que se utilice nuevamente para usos no potables.
Y otra vez. Y otra vez.
Si bien la reutilización centralizada del agua para fines no potables ha existido durante décadas, ahora está surgiendo una tendencia llamada "descentralización extrema del agua y las aguas residuales", como estrategia líder en el esfuerzo por hacer más sostenible el uso del agua.
El concepto es equipar a los nuevos edificios comerciales y residenciales, así como distritos, vecindarios y universidades, con plantas de reciclaje in situ que harán que el agua para uso no potable sea más barata que comprar agua potable de una fuente centralizada. Al reducir la demanda de agua potable, que es costosa de filtrar, tratar y distribuir, las unidades ayudarán a administrar el agua de manera más eficiente. Muchos expertos creen que este es el futuro del agua. Reciclar las aguas grises por sí solo puede ahorrar cantidades sustanciales de este recurso.
Con la sequía y la crisis del agua en el río Colorado, el Río Grande y otros ríos del oeste, la “descentralización extrema” se está abriendo camino hacia otros lugares del oeste del país, incluidos Colorado, Texas y el estado de Washington. Y hay proyectos descentralizados en marcha en Japón, India y Australia. También hay serias presiones sobre los suministros de agua dulce en todo el mundo, y el cambio climático exacerba la escasez. Un estudio reciente encontró que más de la mitad de los lagos del mundo han perdido cantidades significativas de agua en los últimos 30 años. Para el 2050, la ONU estima que 5 mil millones de personas podrían sufrir escasez de agua.
La tecnología para que los edificios capturen y traten toda su agua a estándares potables ya existe. Pero la seguridad de la reutilización directa de aguas residuales recicladas aún se está estudiando, y hasta ahora las regulaciones de los EE. UU. no lo permiten.
La mayor prevalencia del reciclaje de agua permitirá que el agua se limpie con diferentes estándares, o diferentes "sabores", según su uso previsto. El agua para descargar los inodoros, por ejemplo, no necesita limpiarse tan a fondo como el agua potable.
Los sistemas de reciclaje que se están construyendo en San Francisco se consideran un éxito, y representantes de diferentes ciudades de todo el mundo con escasez de agua, han visitado esa ciudad para estudiar la implementación del proceso.
Heather Cooley, directora de investigación del Pacific Institute en Oakland, una organización independiente que estudia la sustentabilidad y resiliencia del agua, cree que los sistemas locales son esenciales para el futuro del agua en California. “Estos sistemas in situ son excelentes herramientas para enfrentar los desafíos climáticos”, dijo. “Ayudarán a desarrollar la resiliencia”. Sin embargo, agregó, “no son una solución. No se van a aplicar en todos los edificios en todas partes”.
El reciclaje de espacios también se está llevando a cabo en lo que se conoce como distritos. La Universidad de California, en Davis, tiene un sistema que limpia las aguas negras que se utilizan para el riego, y están surgiendo nuevos vecindarios con sus propios sistemas de reciclaje de circuito cerrado. En San Diego, por ejemplo, los desarrolladores están construyendo un sistema de distrito para reciclar aguas negras en un centro comercial que serán oficinas.
Un estudio reciente encontró que este enfoque de reciclaje de agua, agrega aproximadamente un 6 por ciento al costo de una vivienda unifamiliar, y un 12 por ciento al costo de una vivienda multifamiliar. Pero a medida que aumenta la cantidad de personas que utilizan estos sistemas, entran en juego las economías de escala, lo que hace que el agua reciclada sea mucho menos costosa que el servicio de agua que ofrecen las ciudades.
¿Cuáles son las barreras para cambios residenciales a mayor escala? El factor asco, dicen los expertos. “Cuando hablamos de reutilización hay mucho miedo” entre constructores y arquitectos, dijo un experto de estos sistemas, aunque cree que se pueden superar.
La descentralización de los sistemas de agua y desechos parece estar destinada a desempeñar un papel importante en un mundo con escasez de agua. “Nadie hablaba del carbono hace 20 años” en el diseño de edificios, dijo el mismo experto. “Y ahora todo el mundo lo hace. El agua va a tener ese momento”.
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