Adaptación al español por Fabián Capecchi sobre el artículo de Daniel Cusick publicado en la revista Scientific American.
He aquí el castor: gran maestro ingeniero, habitante de los humedales y símbolo nacional de Canadá.
Ahora también sumemos a la lista especialista en cambio climático, como afirman los científicos.
Según una nueva investigación, los castores se encuentran entre los profesionales más eficientes del mundo en cuanto a adaptación y resiliencia al clima, algo que los biólogos saben desde hace años pero que recientemente documentaron a través del estudio de campo.
Expertos del Northwest Fisheries Science Center y de la Universidad Estatal de California de las Islas del Canal afirman que a medida que las sequías y las inundaciones se agudizan con el calentamiento global, los castores que construyen represas ayudan a evitar los peores incendios al retener el agua esencial que, de otro modo, se escurriría o se secaría.
“Puede parecer trillado decir que los castores son una parte clave de un plan nacional de acción climática, pero la realidad es que son una fuerza de entre 15 a 40 millones de ingenieros ambientales altamente calificados. No podemos darnos el lujo de trabajar contra ellos; necesitamos trabajar con ellos”, escribieron Chris E. Jordan y Emily Fairfax en su artículo titulado “Castores: El plan de acción climático de agua dulce de América del Norte”.
La investigación, publicada en la revista WIREs Water, encontró que el tipo de beneficios climáticos proporcionados por especies como el castor, categorizados como "restauradores de arroyos basados en procesos de baja tecnología", está "ganando terreno rápidamente frente al deterioro del clima y crisis de la biodiversidad”.
“Si solo se pone un castor allí y se le deja hacer lo suyo, la cantidad de servicios ecosistémicos que brindan para ayudar con el cambio climático es enorme”, dijo Fairfax en una entrevista telefónica la semana pasada.
“También es menos costoso: los castores son gratis”.
Además son abundantes, lo que plantea un desafío único para este mamífero que altera el paisaje tanto en América del Norte como en otros lugares del mundo.
Durante siglos, las culturas eurocéntricas valoraron al castor solo por sus pieles y, según los investigadores, fueron cazados hasta reducir sus poblaciones naturales en su área de distribución tradicional.
A medida que los asentamientos humanos invadían los arroyos y los humedales, las poblaciones de castores se redujeron nuevamente hasta en un 90 por ciento, incluso mientras continuaban prosperando en áreas silvestres y focos de hábitat protegidos. Sus formas de construir represas también les valieron una reputación como plagas, especialmente para los agricultores.
Fairfax señaló que si bien restaurar la aceptación del público será un proceso gradual, los administradores de vida silvestre han llegado a valorar a los animales por su papel en la creación de barreras contra incendios.
Ella se refirió a tales medidas de adaptación natural como "fruta madura", lo cual significa que no requiere prácticamente ningún esfuerzo por parte de quienes buscan protección contra incendios.
“Los incendios forestales en California se están saliendo de control año tras año, por lo que la gente dice: 'Sabes, prefiero escoger las inundaciones si eso significa que no me quemaré”, dijo Fairfax.
“Estoy feliz de ver que la gente cambie su actitud hacia los castores”, agregó.
En Oregón, la organización sin fines de lucro Beaver Works ha promovido los humedales de castores como un hábitat fundamental para otras especies, como ciervos, alces, peces y pájaros cantores, que también proporcionan ambientes ribereños frescos durante los días calurosos. “Sin estos estanques y canales, sin el castor, el hábitat de la vida silvestre en los paisajes desérticos altos se vuelve cada vez más escaso, lo que se acelera con el cambio climático”, afirma el grupo en su sitio web.
California aprobó recientemente un programa especializado solicitado por el gobernador demócrata Gavin Newsom que deberá producir más de $1.6 millones durante el próximo año fiscal y $1.4 millones anuales a partir de entonces para la resiliencia climática a través de la restauración del hábitat del castor. Al presentar la propuesta en mayo, Newsom caracterizó al castor como “un héroe con mucho potencial creativo y que contribuye a la solución del cambio climático”.
El Sierra Club apoya la protección del castor como una solución natural a los devastadores incendios forestales, permitiendo que estos ingenieros de la naturaleza con sus diques ayuden a mantener los ecosistemas húmedos, sumando su esfuerzo a la lucha contra la crisis climática.