Adaptado al Español por Fabián Capecchi del artículo original de Garet Bleir publicado en la revista Sierra.
El muro fronterizo va atravesando algunas de las tierras desérticas con mayor diversidad biológica en América del Norte y aumentando el riesgo de que desaparezcan casi 100 especies en peligro de extinción. “Creo que muchas personas aún no se dan cuenta de que el muro fronterizo, además de ser un símbolo racista despreciable, también borrará algunas especies de la faz del planeta y tendrá un impacto ambiental irreversible, cambiando estos lugares para siempre.", Dice Laiken Jordahl, activista fronterizo del Centro para la Diversidad Biológica.
Antes de que Trump llegara al poder, ya existían construidas 650 millas amuralladas a lo largo de la frontera. La construcción en curso presenta una nueva amenaza para los ecosistemas del desierto, dice Jordahl.
Las tierras fronterizas del suroeste no son un vasto desierto, en realidad, en la frontera entre México y Estados Unidos están algunas de las tierras silvestres con mayor biodiversidad en América del Norte.
En los Estados Unidos, dichos paisajes y las especies en peligro de extinción que viven dentro, estarían protegidos por las regulaciones federales y estatales. Pero la administración Trump ha invocado una ley de seguridad llamada Real ID Act, ignorando así todas las críticas y leyes ambientales, incluida la Ley de Especies en Peligro de Extinción, la Ley del Agua Limpia, la Ley del Aire Limpio y la Ley Nacional de Política Ambiental.
Entre las especies amenazadas están:
Los Cactus Saguaro
La Patrulla Fronteriza y sus contratistas han arrasado unas 30 millas a lo largo del extremo sur del parque, y han destruido a miles de cactus saguaro, una planta emblemática del desierto de Sonora. "Los saguaros están siendo arrasados, cortados como leña y desechados en montones de basura, todo en tierras sagradas de los Tohono O'odham que utilizan activamente el área con fines ceremoniales", dice Jordahl.
El Lobo gris mexicano
Es el lobo más pequeño de América del Norte y también uno de los más amenazados. Históricamente, deambulaba por todo el suroeste de los EE. UU. y el norte de México. El muro fronterizo, cortará en dos las poblaciones de lobos quedando divididas y reduciendo las posibilidades de que la subespecie pueda recuperar su diversidad genética.
El Jaguar
El gran felino manchado, el más grande nativo de América del Norte está en peligro de extinción. Para la recuperación del jaguar es importante permitir que la especie deambule entre los dos países. Pero la construcción del muro fronterizo amenaza con detener la recuperación de la especie.
Los cañones de Arizona, los corredores ribereños y los ríos que cruzan la frontera son utilizados por los jaguares, dice Sergio Ávila, un biólogo experto en grandes felinos que ahora forma parte del equipo del Sierra Club.
El Ocelote
El matorral espinoso Tamaulipense del Valle del Río Grande es el hábitat nativo del ocelote: un felino manchado de color canela. Los biólogos estiman que quedan solo 50 ocelotes en los Estados Unidos. Menos del 1 por ciento del hábitat nativo de la especie permanece intacto dentro del sur de Texas, y la construcción del muro fronterizo amenaza con destruir aún más.
"Esta es una sentencia de muerte porque no tienen a dónde ir", dice Ávila. "No tienen conexiones, ni intercambio genético, y se verán afectados por la destrucción del hábitat".
Borrego del desierto o cimarrón
Habitan las laderas del desierto seco y rocoso, cañones y riscos que van desde las montañas de California hasta el sur de Baja California, México. El borrego cimarrón está en peligro de extinción por factores como la construcción del muro fronterizo, que amenaza con fragmentar aún más la conectividad del hábitat y aislar los restos de las especies entre sí.
Especies acuáticas
La construcción del muro fronterizo también amenaza los acuíferos del desierto como los manantiales de Quitobaquito del Monumento Nacional Organ Pipe.
Quitobaquito Springs es el único hábitat en el mundo del pez bomba y uno de los dos hábitats de la tortuga de lodo Sonoyta. Los contratistas del muro fronterizo extraen agua del acuífero que alimenta los manantiales para la construcción del muro fronterizo en la frontera de Arizona.
En el Refugio Nacional de Vida Silvestre San Bernardino los constructores del muro extraen agua de acuíferos que son las fuentes de hábitats acuáticos llamados ciénagas, un tipo de humedal del desierto, el hogar de cuatro especies de peces yaquis en peligro de extinción.
El muro significará no sólo la muerte de las especies acuáticas en peligro de extinción, sino de todas las especies que dependen del agua, aves, reptiles y mamíferos que beben de estos pozos.