Artículo original escrito por Michael Brune para el periódico Sacramento Bee. Adaptado al español por Isa Traverso para el Sierra Club.
Probablemente hayas visto las fotos: pájaros cuyos estómagos están llenos de bolsas de plástico. Una tortuga con una popote de plástico en la nariz. El hocico de un delfín enredado en anillos de paquete de seis latas.
La contaminación plástica es una crisis para nuestro planeta. Solo el nueve por ciento de todo el plástico producido ha sido reciclado. Y la tasa de reciclaje se ha desplomado en muchas ciudades estadounidenses desde que China prácticamente prohibió las importaciones de desechos plásticos en 2018.
No es solo la vida marina la que sentirá el duro golpe: el plástico podría contribuir a la contaminación climática un equivalente a 300 plantas de carbón en la próxima década. La industria del petróleo y el gas, que ve el plástico como una mina de oro, está construyendo más de 300 nuevas fábricas para hacer aún más dinero. Los materiales, no la energía, podrían representar más de la mitad del crecimiento de la demanda de petróleo en las próximas décadas. Esto sería catastrófico para nuestros océanos y clima. Si seguimos así, los desechos plásticos en el océano superarán el peso de los peces para 2050.
Resolver este problema requerirá acciones tanto individuales como comunitarias, pero la industria del plástico no solo está presionando para vencer las medidas de reducción de desechos, sino que también está atacando nuestra capacidad de aprobar leyes que limiten la contaminación. Ahora hay políticas en al menos 17 estados que impiden que las ciudades y pueblos regulen localmente el plástico. No vamos a resolver este problema a menos que las empresas que usan y venden plástico se vuelvan parte de la solución, en lugar de ser parte del problema.
Afortunadamente, algunas de las corporaciones más grandes han comprendido el problem y están a bordo. En los últimos meses, General Motors, SC Johnson, Pepsi y Coca-Cola retiraron sus membresías de la Asociación de la Industria del Plástico, siguiendo a Clorox, Ecolab y otras compañías. El año pasado, American Airlines se comprometió a eliminar popotes de plástico y agitadores de bebidas. Kroger, la cadena de supermercados más grande del país, se comprometió a eliminar las bolsas de plástico y otros plásticos de un solo uso de sus tiendas.
Es por eso que Sierra Club, en colaboración con Greenpeace, Daily Kos y Plastic Pollution Coalition, está llamando a Albertsons, la segunda cadena de supermercados más grande del país, a deshacerse de las bolsas de plástico de un solo uso. Basado en las ventas de sus principales marcas de supermercados, incluyendo Safeway, Shaws,Vons y ACME, Albertsons podría reducir la contaminación plástica en aproximadamente 3 mil millones de bolsas por año.
Desafortunadamente, la industria del plástico, y Albertsons, continúan eludiendo la responsabilidad al difundir el mito de que solo reciclar resolverá nuestro problema de contaminación plástica. Eso es más sueño que realidad. Debido a que crear plástico a partir de combustibles fósiles es más barato que reciclarlo en nuevos productos, actualmente los Estados Unidos queman seis veces más plástico que el que recicla.
Debemos alejarnos de los productos de plástico de un solo uso, que a menudo se usan por no más de unos minutos, pero duran mucho más que una vida humana. Me imagino un futuro donde nuestros nietos no podrán comprender por qué las tiendas distribuyeron millones de frágiles envases de plástico de un solo uso. Bolsas que los consumidores tiraron inmediatamente, dejándolas destinadas a dañar nuestros océanos, ríos y arroyos. Las empresas como Albertsons tienen la obligación moral de reducir la cantidad de plástico que distribuyen. Necesitamos que Albertsons tome medidas. Necesitamos que Albertsons defienda lo que es correcto. Necesitamos que actúen. Pueden hacerlo hoy comprometiéndose inmediatamente a eliminar gradualmente las bolsas de plástico.