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¿Qué hace falta para que las empresas estadounidenses terminen de tomar en serio la lucha contra el cambio climático? Quizás esto: en enero de este año, la poderosa empresa, Pacific Gas and Electric de California, se declaró en bancarrota al no poder asumir 30 mil millones de dólares en pasivos por su responsabilidad en los recientes incendios forestales.
"En este momento se está produciendo un cambio fundamental en los negocios", dice Joel Makower, presidente y editor ejecutivo de GreenBiz Group, "y el cambio es de '¿Qué le hacen las empresas al clima?' por '¿Qué les está haciendo el clima a las empresas?’
En 2017, el huracán María afectó a Puerto Rico, el gigante farmacéutico Merck perdió su suministro del popular medicamento contra el colesterol Atozet y el medicamento de quimioterapia Temodar, que se fabricaban allí. Y la tendencia sigue en aumento.
Sin embargo, la divulgación del riesgo climático a los posibles inversionistas ha recibido una tibia respuesta corporativa. Kevin Moss, director global del Centro de Negocios Sostenibles del World Resources Institute, intenta convencer a las empresas para que se comprometan a adoptar "objetivos basados en la ciencia" para sus propias operaciones, y cumplir el objetivo establecido en el Acuerdo de París 2015 para mantener el calentamiento global por debajo de 2ºC.
Una de las primeras acciones de Donald Trump como presidente fue retirarse del acuerdo de París. Aun así, dice Moss, unas 3.000 empresas se han inscrito a través de una variedad de organizaciones, para cumplir los objetivos de París. Otras compañías en cambio, aprovechan el clima político de Trump para retroceder. La industria automotriz de los Estados Unidos solicitó y recibió una reducción de las reglas de eficiencia de combustible acordadas por la administración Obama.
La amenaza de una catástrofe global no parece ser suficiente. Pero también está esto: "Algunas compañías ahora están obteniendo tasas de interés más bajas si pueden demostrar que tienen un buen desempeño en la reducción del riesgo climático [entre otras métricas]", dice Makower. "Cuando lleguemos al punto en que ser proactivo con el clima reduzca el costo, comienza el juego".
Basado en el artículo original de Paul Rauber | Revista Sierra
Adaptado al español por Fabián Capecchi
Photo by: Bophomet Zhang, Unsplash.com
The costs of climate change are starting to bite business
Corporate America wants a stable business climate, and climate chaos is anything but
What will it take for American businesses to get serious about fighting climate change? Maybe this: In January, California's mighty investor-owned utility Pacific Gas and Electric filed for bankruptcy protection. facing $30 billion in liabilities for its role in recent wildfires.
"There is a fundamental shift taking place right now in business," says Joel Makower, chair and executive editor of GreenBiz Group, "and the shift is from 'What is business doing to the climate?' to 'What is climate doing to business?'"
In 2017, Hurricane Maria affected Puerto Rico, the pharmaceutical giant Merck lost its supply of the popular cholesterol drug Atozet and the chemotherapy drug Temodar, which were manufactured there. And the trend continues to increase. However, disclosure of climate risk to potential investors has received a tepid corporate response. Kevin Moss, global director of the Sustainable Business Center of the World Resources Institute, tries to convince companies to commit themselves to adopting "science-based objectives" for their own operations, and to meet the goal set out in the Paris Agreement 2015 for keep global warming below 2ºC.
One of the first actions of Donald Trump as president was to withdraw from the Paris agreement. Even so, says Moss, some 3,000 companies have signed up through a variety of organizations to meet the Paris targets.
Other companies, on the other hand, take advantage of Trump's political climate to retreat. The United States automotive industry requested and received a reduction in the fuel efficiency rules agreed to by the Obama administration.
The threat of a global catastrophe does not seem to be enough. But there's also this: "Some companies are now getting lower interest rates if they can show that they are performing well in reducing climate risk [among other metrics]," Makower says. "When we get to the point where being climate-proactive reduces the cost of money, it's game on."
Based on an original article by Paul Rauber | Sierra Magazine
Adapted to Spanish by Fabián Cappechi