El mar de Florida parece una sopa caliente/The Florida Sea Feels like Hot Soup

Adaptado al español por Fabián Capecchi del artículo original de Patrizia Mazzei publicado en The New York Times 

La temperatura del agua cerca de Key Biscayne, una isla barrera justo al este de Miami, ya había superado los 89 grados Fahrenheit la segunda semana de julio. Y aunque el océano frente al sur de Florida estaba ligeramente más fresco que los máximos récord recientes, que habían sorprendido a los científicos y amenazado la vida marina, seguía siendo fenomenalmente caliente.

Pero en este sereno tramo de la costa atlántica, todavía era un día de verano en la playa, cuando nada satisface tanto como un chapuzón, incluso cuando el océano se siente como una sopa caliente.

"A mí me gusta que esté caliente", encogió los hombros Niki Candela, de 20 años, nativa de Miami, momentos después de que una poderosa alarma advirtiera sobre la aproximación de un rayo.

Fueron pocos los bañistas afectados por el calor, en la playa mayormente vacía, quienes le prestaron atención. La costa, que normalmente está atestada en esta época del año, y llena de algas marinas en descomposición, estaba impecable, libre de un enorme parche de sargazo que se redujo inesperadamente el mes pasado en el Golfo de México. El agua poco profunda era de un color turquesa cristalino, y se movía tan suavemente que no se veía ni una ola rompiendo.

Así que sin inmutarse, las personas que disfrutan del calor y aborrecen el frío, salieron a disfrutar.

"Esto es lo más parecido al paraíso que tiene los Estados Unidos", dijo Lauren Humphreys, de 40 años, que es originaria de Inglaterra pero divide su tiempo entre Los Ángeles y Miami. En Los Ángeles, prefiere hacer senderismo en lugar de nadar en el Pacífico, que el martes alcanzó unos 72 grados cerca del muelle de Santa Mónica.

Humphreys estaba haciendo su segunda visita a las playas de Key Biscayne ese día, habiendo venido anteriormente para meditar. "Hay algo bastante especial aquí", dijo. "Es tranquilo".

Frente a la costa de la cercana Virginia Key, las mediciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica mostraron que la temperatura del agua alcanzó su punto máximo a 90.5 grados Fahrenheit el lunes 17 de julio, y la temperatura del aire a 87.6 grados. El sábado 15, la temperatura del agua en esa ubicación alcanzó los 92.5 grados, un nuevo récord.

El agua en el sur de Florida siempre está caliente en esta época del año, pero este año está inusualmente caliente, con seis nuevos récord de temperaturas, medidas frente a Virginia Key este mes. La superficie del mar alcanzó los 98 grados en algunas áreas de Florida Bay la semana pasada y la temperatura promedio del océano en Miami en julio es de alrededor de 86 grados.

El implacable calor de Miami este verano ha significado 16 días consecutivos con un índice de calor de 105 grados o más, todo un récord, según Brian McNoldy, científico investigador principal en la Universidad de Miami. El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó un índice de calor de 110 grados el pasado 16 de julio, emitiendo su primer aviso de calor extremo para el condado de Miami-Dade.

En la playa al día siguiente, la abrasadora arena debía evitarse a toda costa. "Háblame aquí, así no me quemo los pies", le dijo Eduardo Valades, de 51 años, a un reportero, señalando hacia el agua que se acercaba.

El agua estaba "realmente caliente", dijo, "pero solo cuando entras. Una vez que caminas unos 50 metros hacia adentro, se siente más fresco".

"Me encanta", dijo su esposa, Jennifer Valades, de 50 años.

La pareja, proveniente de California, se mudó hace tres años a Key Biscayne, un pueblo próspero de aproximadamente 14 000 habitantes. "Aquí, puedes nadar literalmente durante horas", dijo, aunque admitió que la playa era más agradable, de hecho "perfecta", durante el suave invierno del sur de Florida, cuando la temperatura del agua es más probable que esté en los mediados de los 70 grados. Las temperaturas costeras también son más moderadas que las del interior.

Valades dijo que recientemente había visto seis o siete manatíes. Mostró un video del celular que grabó el mes pasado de un gran tiburón alimentándose justo en la orilla. "Vemos uno cada tres o cuatro días", dijo, sin parecer preocupado por los avistamientos.

Esta semana, secarse con una toalla parecía innecesario: nadie sintió frío al salir del agua.

"¡Se siente como un jacuzzi!", dijo Sasha Mishenina a sus dos amigos después de un breve chapuzón. Ellos habían decidido no unirse a ella.

Sin embargo, darse un chapuzón rápido todavía se sentía refrescante, con la ocasional corriente fresca que pasaba por allí y pequeños peces que se deslizaban junto a los pies de la gente.

"Estoy muy feliz porque dijeron que íbamos a tener sargazos", dijo Adriana Campuzano sobre las predicciones de este año, mientras recogía sus cosas para irse antes de la inminente tormenta. "El agua está más clara de lo que ha estado en años. Tal vez en una década".

Candela había venido a la playa con tres amigos. Ella dijo que el océano se sentía bien, aunque agregó que a veces con agua tan caliente, "piensas, '¿Y si alguien está orinando aquí?'". Ella y sus amigos extendieron sus toallas en sillas de playa bajo una sombrilla, pusieron música y se metieron en el agua.

La sirena sonó tres veces más, señalando el fin de la amenaza de los rayos. No había caído ni una gota de lluvia. Los cuatro amigos se quedaron en el agua, charlando y riendo.

Es cierto que organizaciones como el Sierra Club han estado advirtiendo sobre los efectos devastadores del cambio climático en el medio ambiente durante mucho tiempo. El aumento de la temperatura del océano en Florida y otras áreas del Caribe como el Golfo de México es motivo de gran preocupación, especialmente para especies como los corales y cientos de otras que dependen de ellos, ya que pueden no poder adaptarse a estos cambios. Debemos hacer presión para que se aprueben con mayor celeridad leyes que aceleren la transición hacia la energía 100 por ciento renovable, antes de que sea demasiado tarde.