Los Inmigrantes que Alimentan al País / The Immigrants Who Feed the Country

Adaptado al español por Fabián Capecchi sobre el artículo original de Tracy Fernandez Rysavy publicado en Greenamerica.

En los campos y cultivos de los Estados Unidos, los trabajadores agrícolas recogen las frutas y verduras que ves en las tiendas. Casi las tres cuartas partes de estos trabajadores agrícolas son inmigrantes.

El 95% de estos trabajadores provienen de México, el 3% de América Central y el resto de otros países, según el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. Un poco más de la mitad tiene estatus legal de inmigración. Y es común los salarios bajísimos, condiciones inseguras, asalto sexual, acoso y mucho más.

Rosalinda Guillén, ex trabajadora agrícola y directora ejecutiva de Community to Community Development (C2C), dice: “Los trabajadores agrícolas son casi invisibles para el público en general.”

El poder de la Unión

Rosalinda Guillén de C2C trabaja en derechos laborales, sostenibilidad ambiental, acceso a los alimentos, inmigración y en recaudar fondos para desarrollar un centro de capacitación para ayudar a los trabajadores agrícolas a crear cooperativas agrícolas.

Guillén apoya a sindicatos como United Farmworkers of America (UFW), el mayor sindicato de trabajadores agrícolas del país, y Familias Unidas por la Justicia (FUJ).

Actualmente C2C apoya a los trabajadores agrícolas que vienen a los Estados Unidos con visas de trabajador invitado H2A, que sufren condiciones de trabajo opresivas.

Las granjas en los Estados Unidos contratan a trabajadores agrícolas mexicanos temporales para cosechar los campos. Los productores deben proporcionar vivienda, alimentos y viajar bajo el programa, dice Guillén, pero los trabajadores son alojados en campamentos inadecuados, y "la explotación en las granjas está empeorando cada año".

Luchas en una Granja Orgánica

La certificación orgánica garantiza que una granja respete las prácticas beneficiosas para el medio ambiente. Pero eso no incluye el bienestar de los trabajadores. En las granjas orgánicas también hay abusos, malos salarios y largas horas.

En 2017, trabajadores agrícolas presentaron una demanda federal acusando a Glaser Organic Farms, que cultiva productos orgánicos para Whole Foods por robo de miles en horas extras a trabajadores que o eran indocumentados o hablaban poco inglés.

Posteriormente Glaser acordó pagarles $15,000, implementar una política antidiscriminatoria y brindar capacitación bilingüe a los trabajadores sobre sus derechos federales contra la discriminación y las represalias.

Comercio Justo

El comercio justo es un sistema que ayuda a los trabajadores agrícolas a obtener salarios justos y dignos, condiciones de trabajo seguras, y un contrato colectivo.

La Asociación Nacional de Comercio Justo (DFTA por sus siglas en inglés) se formó en 2008 para "unir los valores de la agricultura orgánica con los principios del comercio justo" en los Estados Unidos y Canadá. Estos incluyen a trabajadores agrícolas, granjeros, minoristas y procesadores.

Rosalinda Guillén y varios trabajadores agrícolas ayudaron a lanzar la DFTA y desarrollar los estándares para el Comercio nacional justo, que coinciden estrechamente con los estándares en los contratos sindicales de trabajadores agrícolas.

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Foto por: Dani California, Unsplash.com

Un Centavo por Libra

En los campos de tomate de Immokalee, Florida, los trabajadores agrícolas, la mayoría de ellos latinoamericanos y haitianos, recogen tomates para importantes cadenas de comida rápida como Wendy's y Taco Bell. En 1993, los trabajadores agrícolas crearon la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW) para negociar colectivamente un aumento, su salario era apenas 50 centavos por cubeta de 32 libras, y no lo habían aumentado en 30 años.

La CIW creó el Programa Fair Food (FFP), donde las cadenas de comida rápida, servicio de alimentos y supermercados garantizan un monitoreo de la granja para evitar abusos a los trabajadores y brindar protección a los recolectores de tomates, denunciando el robo de salarios, acoso sexual y horas forzadas.

Taco Bell fue el primero en firmar el acuerdo. Otros incluyen Walmart, Burger King, Chipotle, Subway, McDonald’s, Whole Foods, Trader Joe’s, Stop & Shop, Giant, Aramark y más. Pero Wendy’s se niega a firmar el acuerdo.

#MeToo en los Campos

En febrero de 2018, CIW publicó un informe llamado Now the Fear is Gone, que detalla la difícil situación de las trabajadoras agrícolas en los campos. Las mujeres enfrentan el mismo robo de salarios, abuso y condiciones de trabajo severas, y son víctimas de acoso o agresión sexual.

“Más del ochenta por ciento de las mujeres trabajadoras agrícolas sufren abusos y acoso sexual”. El asalto y las formas más extremas de acoso son tan comunes que muchas mujeres lo consideran inevitable. "Lo permites o te despiden".

Sin embargo, el Programa de Alimentos Justos está marcando una verdadera diferencia para los trabajadores agrícolas. Los productores deben cumplir con el Código de conducta de FFP, que tiene una política de cero tolerancia para el abuso sexual.

Rosalinda Guillén de C2C dice que los contratos sindicales brindan protecciones similares para los trabajadores agrícolas contra el asalto: "Los contratos proporcionan un mecanismo legal para tomar medidas, en el que los trabajadores confían. Nadie puede ser despedido por quejarse ". El Sierra Club cree que es muy importante un salario justo y un trato respetuoso para todos los trabajadores, sean inmigrantes o no, pues de eso se trata la Justicia social.


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