Adaptado al Español por Fabián Capecchi sobre el artículo original escrito por Ramón Cruz publicado en Sierraclub.org
Así es como los Gwich'in, la nación nativa del Ártico que habita en las partes más al norte de Alaska y Canadá se refieren a la llanura costera del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico. Desde tiempos inmemorables, sus vidas dependen de la manada de caribús Porcupine, llamada así por el río principal de sus tierras de invierno, hacia la cual emprenden la migración terrestre de mamíferos más larga sobre la Tierra. Cada año recorren 2.500 km para dar a luz y amamantar a sus crías en la llanura costera, justo en el mismo lugar donde la administración Trump está tratando de perforar en busca de petróleo.
Los caribús migran; con sus crías viajan al interior de la Cordillera de Brooks para pasar el brutal invierno del Ártico. Regresan hambrientos para dar a luz en el lugar costero donde hay abundante comida, menos depredadores y mayor seguridad para que sus crías pasen las primeras semanas de vida. No son los únicos que dan a luz en esa área, muchas otras especies, desde osos y lobos hasta aves migratorias y peces, vienen aquí a desovar.
Los Gwich’in han cazado caribús durante milenios, utilizando sus pieles, carne y cuernos de manera sostenible. Saben que su supervivencia depende de la supervivencia del caribú.
Tuve la oportunidad de pasar un tiempo con los Gwich’in el verano pasado. Fue un privilegio escuchar las historias de los ancianos Gwich'in, saborear su sopa de caribú, bailar la música al ritmo que tocaban sus violinistas. Me llamó la atención la claridad de sus palabras, la urgencia de su llamado a los jóvenes, ante los desafíos e impactos del cambio climático.
Después de pasar un tiempo con ellos, nos embarcamos en un viaje en kayaks al Océano Ártico donde solo encontramos cuatro kayakistas, innumerables especies de vida silvestre y una indescriptible inmensidad mientras el sol calcinaba todo las 24 horas. Este equilibrio perfecto entre la vida humana y no humana está amenazado por el plan de la administración Trump de abrir el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico a la extracción de petróleo y gas. Después de zafarse de las Leyes que les impedían arrendar y perforar el Refugio mediante trucos en el 2017, la administración esperaba realizar las primeras ventas el año pasado, produciendo daños irreversibles a este lugar sagrado.
Perforar en este refugio significa pisotear la soberanía del pueblo Gwich y burlar la voluntad del pueblo estadounidense, que se opone en un 70% a la industrialización de uno de los lugares más hermosos y con mayor biodiversidad del país.
Sería desastroso para el clima también. Científicos de seis organizaciones descubrieron recientemente que los principales países productores de petróleo del mundo están por producir más combustibles fósiles, pasando el punto de no retorno en el que ya sería imposible detener calentamiento catastrófico. Necesitamos reducir la producción existente de combustibles fósiles, no aumentarla.
Gracias a los retrasos en el proceso de revisión ambiental, el gobierno de Trump no logró su objetivo de realizar las primeras ventas de arrendamiento de perforación en el Refugio del Ártico el año pasado. Pero no dejarán de intentar entregarle a la industria de los combustibles fósiles la perforación del Ártico.
Años de presión por parte del pueblo Gwich’in y el Sierra Club han enviado un poderoso mensaje a las compañías petroleras y a los bancos que podrían verse tentados a destruir el refugio en aras de mayores ganancias. El año pasado, una coalición de inversionistas anunció su oposición al desarrollo del petróleo y el gas en el Refugio del Ártico, y aconsejó a otras instituciones financieras hacer lo mismo. Y cada vez se mas gente se va sumando. En diciembre, Goldman Sachs se convirtió en el primer banco importante de los Estados Unidos en descartar la financiación de la perforación en el Ártico. Hoy, se les unió JP Morgan Chase, el mayor responsable de la expansión de la industria de combustibles fósiles. Esto representa un importante punto de inflexión para Chase, que ha sido uno de los principales financistas de la exploración y perforación en el Ártico.
Tenemos que mantener la presión y continuar luchando contra el plan de la administración Trump. Únete a nosotros en el justo reclamo del pueblo Gwich’in para luchar contra la perforación en ese lugar sagrado donde comienza la vida.