Adaptación al Español por Fabián Capecchi del artículo original de Chloe Zilliac publicado en la revista Sierra. (Read the English version of this article here)
El pasado 31 de diciembre, Goldman Sachs, uno de los bancos más grandes de los Estados Unidos anunció que no financiará nuevos proyectos de exploración o perforación petrolera en el Ártico. Convirtiéndose en el primer banco de los Estados Unidos en comprometerse con el medio ambiente. El marco de política ambiental del banco, también incluye la prohibición de financiar nuevas minas de carbón térmico en todo el mundo.
Goldman Sachs explicó su decisión citando preocupaciones ambientales como los "posibles impactos en hábitats naturales críticos para especies en peligro de extinción" y los efectos negativos que la perforación podría tener en las comunidades indígenas, que han dependido de los ecosistemas del Ártico para sus medios de subsistencia tradicionales durante siglos.
Esta es una victoria para los ambientalistas en la lucha para preservar los 1.5 millones de acres de tierra en las llanuras costeras del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, que la administración Trump propuso abrir a la perforación en 2017. Desde entonces, han intentado acelerar el proceso de revisión ambiental con el fin de cumplir con su objetivo, realizar una venta de arrendamiento en el refugio este año, pero en noviembre, el Departamento del Interior anunció que no alcanzaría este objetivo.
El anuncio de Goldman Sachs se produce después de los esfuerzos de lobbying dirigidos por el Comité Directivo de Gwich’in, el Sierra Club y la Red de Acción de la Selva Tropical (RAN).
Calvin Weibel
La victoria es parte de una estrategia más amplia dirigida por grupos ambientalistas para evitar la perforación en el Ártico al buscar fondos para los costosos proyectos de infraestructura petrolera necesarios para facilitar la perforación. En respuesta a los esfuerzos, 13 bancos europeos y australianos ya se han comprometido a no financiar nuevos proyectos de perforación en el Ártico en tierra y en alta mar.
"Puede que a la administración Trump no le importe ignorar la voluntad del pueblo estadounidense o pisotear los derechos indígenas, pero un número creciente de instituciones financieras importantes están dejando en claro que sí", dijo el representante de la campaña de Sierra Club, Ben Cushing, en un comunicado. "Goldman Sachs tiene razón al reconocer que destruir el Refugio del Ártico sería un mal negocio, y esperamos que otros bancos estadounidenses sigan su ejemplo".
En un comunicado conjunto, Sierra Club y Rainforest Action Network aplaudieron las nuevas restricciones más estrictas de Goldman Sachs a los proyectos de petróleo y gas, pero también destacaron que el banco tiene un largo camino por recorrer para alinear sus políticas crediticias con las reducciones de emisiones de carbono necesarias para impedir el aumento global de la temperatura de más de 1.5 ℃.
La nueva política podría ser una señal de que los principales bancos de los Estados Unidos, que hasta ahora han sido algunos de los principales financiadores de proyectos de combustibles fósiles, están comenzando a prestar atención a los llamados de los activistas climáticos por políticas que apoyen la lucha contra la crisis climática. Goldman Sachs reconoció "el consenso científico, liderado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, de que el cambio climático es una realidad y que las actividades humanas son responsables de aumentar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera de la Tierra".