Rostros de la frontera

Desde San Diego, California, hasta Brownsville, Texas, más de 650 millas de barreras y muros fronterizos han roto comunidades y alterado drásticamente la vida de muchas personas. Los siguientes perfiles cuentan algunas de las historias que no has oído. Te presentan a personas y familias afectadas por el muro y separadas de su tierra.

Doctora Eloísa Tamez

Dr. Eloisa Tamez

Para Eloísa Tamez, la tierra es sagrada. Tiene 74 años de edad, es de descendencia lipan apache y vasca, y fue precisamente en esta tierra del sur de Texas que vivieron y murieron 15 generaciones de su familia. En 1767, el rey Carlos III de España le otorgó a sus antepasados la tierra ahora conocida como la comunidad de El Calaboz, donde todavía viven aproximadamente 20 familias.

Eloísa formó parte del Cuerpo de Enfermería del Ejército de los Estados Unidos y, durante sus largos años de servicio, alcanzó el rango de Teniente Coronel. Luego fue profesora de la Universidad de Texas en Brownsville y de la Universidad de Texas Southmost, así como comandante de la Brigada Médica de la Guardia Nacional de Texas. Se dedicó a servir a su país y preservar la larga historia de su familia en estas tierras. El mismo país que, hace unos años, decidió levantar un muro y separar su herencia familiar.

En 2008, Michael Chertoff, Secretario del Departamento de Seguridad Nacional, exigió que Eloísa firmara la entrega de su tierra o se enfrentara a una demanda judicial del Gobierno Federal: gran parte de su tierra sería expropiada. Ella se rehusó, luchó y se convirtió en un símbolo de resistencia en contra del muro cuando demandó a Chertoff y al Departamento de Defensa Nacional.

En abril de 2009, un juez de distrito determinó que el Departamento de Defensa Nacional tenía autoridad para construir el muro valiéndose del proceso de expropiación, pero exigió que consultara a la Dra. Támez sobre la manera en que procedería la construcción. El Departamento de Defensa desatendió esta orden judicial y, en 48 horas, el gobierno estadounidense construyó 18 pies de muro de acero en la tierra de Eloísa, limitándole así el acceso a la zona sur, sobre el Río Bravo, el río que trajo a su familia al lugar hace más de 200 años.

Christian Ramírez y familia

Christian Ramirez gathers with family through the San Diego/Tijuana border wall.

Christian Ramírez y su familia viven y trabajan en la zona fronteriza de San Diego/Tijuana hace tres generaciones. Su abuelo y abuela llegaron a San Diego como trabajadores temporales invitados en la década de 1950. El padre de Christian se convirtió en residente documentado de los Estados Unidos de niño y más tarde trasladó a su familia al distrito cercano de San Ysidro, en California.

Como cientos de niños de familias mexicoamericanas, Christian pasaba fines de semana en Tijuana con sus parientes y creció jugando con sus primos y amigos de los dos lados de la frontera. Christian tomó conciencia de la frontera internacional al hacerse ciudadano a los 10 años de edad. Mientras esperaba que terminara el trámite de ciudadanía, Christian no podía salir legalmente de San Diego y el Parque de la Amistad (en inglés, Friendship Park) se convirtió en el único lugar donde Christian podía pasar tiempo con su familia de México.

“Fue entonces cuando me di cuenta de lo real que era la frontera, cuando me di cuenta de que ya no podíamos entrar y salir. Fue muy traumático”, recuerda Christian.

El Parque de la Amistad sigue siendo un lugar de reunión para las familias separadas por la frontera internacional, pero el aumento de la vigilancia y la construcción de un muro fronterizo doble ha prácticamente eliminado el acceso público a este parque.

Christian ahora trabaja con una coalición de más de 40 organizaciones comunitarias de San Diego que exigen que se restaure el acceso público al Parque de la Amistad y con la Coalición de Comunidades Fronterizas del Sur, un esfuerzo de toda la zona de frontera por proteger los derechos de quienes viven en las tierras fronterizas.

Ofelia Rivas y los O’odham

Ofelia Rivas stands on the land the O'Odham have inhabited for millenia, which spans the US-Mexico border.

El pueblo de Ofelia Rivas, los O’odham, viven en el Desierto de Sonora desde hace miles de generaciones, viajando libremente entre comunidades en todo su territorio, que se extiende a la redonda desde su centro, Baboquivari, la montaña sagrada de los O’odham. Históricamente, los conflictos entre otras naciones han afectado siempre la vida de los O’odham y el presente no es excepción.

Ofelia vive en el pueblo de Ali Jegk, en el sur de Arizona, a menos de un cuarto de milla de la frontera internacional entre los Estados Unidos y México. La nación Tohono O’odham comparte 74 millas de frontera internacional con México, pero las tierras tradicionales de la tribu se extienden a los dos lados de esa línea.

El muro fronterizo representa una enorme cicatriz que atraviesa el corazón de las tierras O’odham, que cubren una vasta extensión a ambos lados de la frontera. Ahora el pueblo de Ofelia debe cruzar una frontera militarizada para visitar sus lugares sagrados, celebrar ceremonias y visitarse. Tratados como sospechosos en sus propias tierras, a los Tohono O’odham con frecuencia se los demora, se les prohíbe cruzar o se los somete a hostigamiento, detención, incautación de documentos e incluso violencia.

Noel Benavidez y familia

Noel Benavidez is an 8th generation Texan. He now owns a western clothing shop and sits on the town council of Roma, Texas. Current plans for wall construction include the seizure of Noel's family land.

La familia de Noel Benavidez vive en la ribera norte del Río Bravo, en el sur de Texas, desde que la familia recibió una merced de tierras de la Corona Española hace doscientos años.

Cada año durante muchas generaciones, su familia, ahora extendida por todo Estados Unidos y México, se reúne a orillas del río para celebrar un reencuentro familiar. Su querida nieta representa la décima generación de la familia Benavidez en esta tierra.

Si el Departamento de Seguridad Nacional sigue construyendo el resto de las millas de muro que planifica construir en el sur de Texas, el lugar de reunión de esta familia, el Río Bravo y un tercio de las propiedades de Noel quedarán bloquedas y separadas de él.

Valer y Joe Austin

Valer and Joe Austin own and work to restore land in southeastern Arizona, northern Mexico, and Texas. Border infrastructure has already impacted the Austin's land in northern Mexico, and if the policy of the wall continues, could affect their land in Tex

Valer y Joe Austin trabajan por restaurar las tierras que les pertenecen en el sudeste de Arizona, en el norte de México y en Texas. La infraestructura fronteriza ya ha afectado la tierra de los Austin en el norte de México y, si continúa la política del muro, podría afectar sus tierras en Texas.

Los Austin se dedican hace muchos años a comprar propiedades fronterizas y restaurar la salud de las cuencas de ríos y lagos, las praderas y la vida silvestre de sus tierras.

Su labor ha complementado y fomentado las iniciativas de programas gubernamentales federales y estatales dirigidos a restaurar la conectividad de los hábitats y revitalizar la vida silvestre en la áreas del sudoeste que más lo necesitan. En esta época de calentamiento global, su labor de facilitar el tránsito libre de las migraciones de animales nunca ha sido tan importante para una infinidad de especies como los osos negros, los venados bura y los pumas.

Su increíble compromiso para con la tierra y la vida silvestre de América del Norte está ahora a la merced de políticas fronterizas y migratorias, especialmente de la construcción de barreras y caminos de frontera a través de la tierra que les pertenece y que ellos gestionan con el objetivo principal de promover la restauración y migración de vida silvestre.

Smoking Joe Martínez

Smoking Joe Martinez

José Martínez III, de rostro y presencia clásicos que quedan instantáneamente grabados en la mente de quien los ve, es la tercera generación de su familia que vive junto al Río Bravo. Su hogar, sus tierras y su negocio están en el lado sur de la carretera Highway 281 en las afueras del sur de Mercedes, Texas. Comparte la tierra con su tía, que vive en una casa cerca del río.

Es en esta tierra donde Joe se gana la vida con la muy conocida parrilla Smoking Joe’s BBQ, una de las más concurridas en el Valle del Río Bravo y un lugar conocido por su amabilidad hacia los extraños y aquellos sin los medios para pagar por la comida. Su puesto de parrilla descansa a la orilla de una “Resaca”, un viejo canal abandonado por el Río Bravo.

La casa de Joe y su famosa parrilla están bordeadas por el muro fronterizo a ambos lados de su propiedad. El muro se construyó atravesando su propiedad, a lo largo del dique que su abuelo ayudó a construir. Este muro de cemento lo separa del Río Bravo y la casa de su tía y su primo, que viven del lado mexicano.

El reverendo John Fanestil y el Parque de la Amistad

Rev. John Fanestil and Friendship Park

Durante generaciones, las familias mexicoamericanas de San Diego y Tijuana divididas por el límite internacional se han reunido los domingos por la tarde a ambos lados de la reja fronteriza del Parque de la Amistad.

El Parque de la Amistad fue dedicado en 1971 por la entonces primera dama Pat Nixon como símbolo de amistad binacional. Este Parque Estatal de California en la costa del Océano Pacífico, perfectamente situado y asombrosamente bello, era donde abuelas, hijos y nietos que vivían en los Estados Unidos y México podían reunirse. A través de las púas y los alambrados, podían compartir una simple comida de domingo con tamales, empanadas o pan dulce caseros.

Más tarde, el Departamento de Seguridad Nacional empezó a enfocarse en el parque y pronto lo consideraría un escenario de operaciones para las fuerzas del orden público, así que declaró que pasar simples alimentos por la reja constituía un incumplimiento de las leyes aduaneras. Se construyó un muro y luego otro muro paralelo, haciendo prácticamente imposible que las familias se reunieran y tuvieran contacto en el Parque de la Amistad.

El reverendo John Fanestil respondió uniéndose a estas familias cada domingo, compartiendo el pan al darles la comunión a los devotos a ambos lados de la reja, un símbolo de solidaridad de acuerdo con el propósito original del parque. Él trabaja con Friends of Friendship Park (Amigos del Parque de la Amistad) para tratar de negociar el acceso del público a este lugar de importancia histórica y social.

Para consultar la información más reciente sobre la situación del Parque de la Amistad, visita http://www.friendshippark.org/

Dan Millis y Josseline

Dan Millis

Dan Millis nació y se crió en Arizona y tiene una conexión cotidiana con alguna de las realidades más crueles de nuestra política fronteriza. Mientras realizaba una caminata por un cañón apenas al norte de la frontera entre Arizona y México con un grupo de voluntarios del grupo de asistencia humanitaria fronteriza No More Deaths (No Más Muertes), Dan encontró el cadáver de una niña. De sólo 14 años de edad, la niña salvadoreña Josseline fue la menor entre los 183 cuerpos recuperados a lo largo de la frontera de Arizona en 2008.

Miles de inmigrantes han muerto en la frontera estadounidense desde mediados de la década de 1990, cuando los muros fronterizos y el aumento de la vigilancia comenzaron a empujarlos a terrenos remotos y peligrosos. Sus experiencias en las tierras de la frontera lo han llevado a dedicar su vida laboral a los costos humanos y ambientales de las malas políticas fronterizas. Dan trabaja para el Programa de Tierras Fronterizas del Gran Cañón del Colorado del Sierra Club.

Dos días después de encontrar a Josseline en el desierto, Dan estaba distribuyendo jarras de agua por los senderos migratorios cerca de la frontera. Las autoridades federales lo pararon y le emitieron una citación (o ticket) por “ensuciar un espacio público” a pesar de las cajas llenas de basura que él y un grupo de voluntarios de No More Deaths habían recogido en la zona. Dan se rehusó a pagar la multa y fue declarado culpable en un juzgado federal. Después de un año y medio de batallas legales, el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito revirtió la decisión de los juzgados inferiores y la declaración de culpabilidad fue anulada.

Gracias a Krista Schlyer (enviro-pic.org) por crear los Rostros de la frontera y por las fotografías donadas por ilcp.com.