Por Kass Rohrbach
Hace solo tres meses, una de cada cinco personas en Estados Unidos vivía en un lugar comprometido a abandonar los combustibles fósiles por completo y optar por un 100% de electricidad limpia.
Hoy ese número es una de cada cuatro
En junio, June, Maine, el 43 estado más poblado, y Nueva York, el cuatro más poblado, aprobaron ambiciosas políticas de transición a un 100% de energía limpia. Ahora, 91 millones de personas en Estados Unidos —el 28% de la población con un consumo del 20% de la electricidad del país— obtendrán en el futuro un 100% de energía limpia, como la solar, eólica o hidráulica. En suma, un cambio hacia un 100% de electricidad limpia en estos lugares resultará en la reducción de la contaminación de carbono en 260 millones de toneladas anuales —el equivalente a retirar 67 plantas térmicas carboneras.
Este impulso se ha intensificado exponencialmente en 2019, con la inclusión de cinco estados que se han unido a Hawaii y California, y más de 130 ciudades que buscan descarbonizar su sector energético.
Dada la complejidad y enrevesamiento del sistema energético de Estados Unidos, es notable el ritmo al cual se han redactado, adoptado e implementado ambiciosas iniciativas de energía eléctrica en el país. También lo es el hecho de que la ambiciosa meta de un 100% de energía limpia se ha convertido en algo central en la acción climática en las calles y los salones del Congreso.
Algo está claro: estamos en medio de una revolución. Mientras avanzamos, crear una economía de energía limpia que sirva a todo el país continuará siendo una oportunidad de no solo confrontar obstáculos históricos en nuestras comunidades sino también de construir todos un mundo mejor, más seguro y más equitativo.
¿Qué hemos logrado ya y cómo vamos a conseguir que un 100% de energía limpia sea el futuro de todos?
Los Estados Están Siguiendo el Ejemplo de las Ciudades
Los estados que se han unido a Hawaii y California —los que ya se había comprometido a un futuro 100% de energía limpia antes de este año— son Maine, Nevada, Nuevo México, Nueva York, Washington, el Distrito de Columbia y Puerto Rico.
Aunque “la energía un 100% limpia” se debate ahora regularmente en legislaturas estatales y ayuntamientos de todo el país, esta política no se convirtió en algo normal espontáneamente. De hecho, por mucho tiempo, una transición completa de combustibles fósiles parecía implausible para los observadores, expertos en redes eléctricas e incluso los miembros del movimiento climático, pese a que la energía limpia ha recibido el apoyo de gran parte del público.
El movimiento de bases convirtió la energía completamente limpia en la realidad de hoy en día. Este movimiento comenzó hace más de una década, cuando estudiantes empezaron a exigir este tipo de compromiso de sus universidades, y cuando las corporaciones, en respuesta a la presión de sus clientes, comenzaron a comprometerse y a invertir en el mercado de la energía limpia. Si no fuera por este movimiento de personas corrientes —estudiantes, empresarios, artistas, líderes religiosos, padres, abuelos— que continúan exigiendo una transición justa y equitativa a la energía limpia, este mandato no sería la imperativa innegable que es hoy.
En los últimos tres años, las ciudades han aceptado el reto de liderazgo de organizaciones y empresas, y hoy 132 ciudades y 11 condados todos comprometidos con esta transición y representan el 7% de la exigencia de una transición a la energía limpia.
Para finales de 2016, menos de 25 ciudades se habían comprometido a abandonar los combustibles fósiles y optar por la energía limpia por completo. Ahora más del 25% de la población de Estados Unidos vive en lugares comprometidos a logar un 100% de energía limpia.
Más Allá de los Compromisos
Los estados están estableciendo Estándares de Portafolio Renovable al 100% al mismo tiempo que compañías eléctricas como Idaho Power, Xcel Energy y Green Mountain Power reconocen la sabiduría de abandonar los combustibles fósiles. Las ciudades están planeando sus propias transiciones y los líderes parlamentarios están tomando nota.
Sin embargo, las emisiones de efecto invernadero siguen aumentando, millones de personas respiran aire sucio, y la carestía energética afecta a millones de hogares, especialmente comunidades hispanas en todo el país. Simplemente establecer metas no es una meta en sí. Abundan por todos lados las amenazas al aire limpio y saludable, a la energía más barata y a la estabilidad climática. Las compañías eléctricas consideran el gas de fracking un “combustible puente” cuando ya está disponible la tecnología para optar por energía completamente limpia. La industria de combustibles fósiles gasta miles de millones de dólares para proteger sus intereses contaminantes y desafiar a nuestra democracia. Siguen en peligro las comunidades hispanas y otras minorías, las cuales sufren primero y más intensamente la disrupción climática y la contaminación que la provoca.
Ahora no es el momento de promesas huecas ni de eludir responsabilidades. Esta es la parte más difícil: hacer los cambios necesarios y hacerlo de la manera correcta.
El status quo es inaceptable si vamos a confrontar las muchas crisis económicas, raciales y de justicia ambiental que nos asedian. Impulsando una transformación energética, todos y cada uno en nuestras comunidades debe beneficiarse de la nueva economía de energía limpia, de otra manera sería todo un fracaso.
Visión a Largo Plazo
El progreso de la energía limpia se acumula. Estos son los hechos:
- Instalador solar y técnico eólico son los empleos que más crecen en Estados Unidos.
- La generación de energía renovable acaba de sobrepasar a la de carbón por primera vez.
- Las renovables como la solar y la eólica ya son las fuentes energéticas más baratas en casi todo el mundo —por delante del carbón y el gas.
- Globalmente, el número de ciudades alimentadas por al menos un 70% de energía renovable se elevó a más del doble entre 2015 y principios de 2018 (de 42 a 101).
- En Estados Unidos, el 85% del público apoya un 100% de energía limpia.
Solo este año, hemos visto a los estados comprometerse decididamente a optar por la energía limpia. Para llegar al 100%, nuestro propio compromiso es apoyar a los líderes municipales y estatales al implementar las metas que se han marcado, continuar logrando compromisos en todo el país y asegurarse de que así sea sin dejar a nadie atrás. Comunidades prósperas, empleos sindicados y bien pagados, y agua y aire limpios para todos: esto es lo que podemos crear por medio de una transición justa y equitativa a un 100% de energía limpia.
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Kass Rohrbach es subdirector de la Camapaña Ready for 100 del Sierra Club