Adaptación al español por Fabián Capecchi del artículo original de Juliet Grable publicado en la revista Sierra
La rata canguro de Texas es un roedor que depende de un tipo específico de matorral de mezquite que se encuentra solo en Texas y Oklahoma. La rana manchada de Oregón es un anfibio que habita en los pantanos del área metropolitana de Cascadia, y el Oma'o, un zorzal endémico del archipiélago hawaiano. Estas son apenas tres de las miles de especies en peligro que pronto podrían recibir la asistencia que tanto necesitan, gracias a un proyecto de ley bipartidista llamado Ley de Recuperación de la Vida Silvestre que se está circulando en el Congreso.
Si se aprueba, la Ley de Recuperación de la Vida Silvestre de Estados Unidos (RAWA) se asignarán $1.4 millones al año a los programas estatales de pesca y vida silvestre y $97.5 millones al año a las Tribus para proyectos de conservación.
Entre otras cosas, permitiría la financiación, adquisición de tierras y la restauración de hábitats a gran escala, que se han visto obstaculizados por la falta de dinero en el pasado. La ley crearía hasta 33 mil empleos verdes, según Nature Conservancy.
La Ley de Recuperación de la Vida Silvestre de Estados Unidos (RAWA por sus siglas en inglés) sería la segunda victoria legal a favor de la naturaleza en pocos meses después que una corte Federal reinstauró la Ley de Especies en Peligro de Extinciión, que había sido prácticamente desmantelada por el gobierno de Trump en 2019. Una inmensa coalición ambientalista que incluyó al Sierra Club logró revertir el fallo de esta Ley en julio.
En 1974 fue aprobada la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA) la primera ley del país que protegía a los animales y en la que el Sierra Club trabajó arduamente. Gracias a ella hoy día todavía existen animales como el águila calva, el lobo gris o el cóndor de California. Especies que han comenzado a recuperarse después de haber estado a punto de desaparecer.
RAWA ha sido promovida por una coalición inusualmente amplia de organizaciones conservacionistas como el Sierra Club, Tribus, asociaciones de deportistas y grupos industriales.
Julie Thorstenson, directora ejecutiva de la Sociedad de Pesca y Vida Silvestre de los Nativos Americanos, llama al proyecto de ley un "punto de inflexión para el país Indígena". Las naciones Nativas han desempeñado un papel clave para ayudar a recuperar especies icónicas como el oso pardo, el hurón de patas negras y el bisonte, y están trabajando para restaurar sus hábitats.
“Cuando les pregunto a las Tribus cuál es el mayor problema que enfrentan sus programas de pesca y vida silvestre, casi siempre es el financiamiento y la capacidad”, dice Thorstenson, y agrega que el “título tribal” de RAWA fue escrito en colaboración con expertos en vida silvestre y peces tribales. “Es de esperar que esta legislación sea el catalizador para corregir algunas de esas desigualdades históricas en la financiación de las Tribus”.
RAWA proporcionará una fuente estable de financiamiento a los estados para que puedan implementar sus planes de acción estatales para la vida silvestre.
“El cuarenta por ciento de los peces de agua dulce están en peligro”, dice Drue Winters, directora de políticas de la American Fisheries Society. “Creemos firmemente que si los estados tienen los recursos para llevar a cabo una conservación científica de los peces y la vida silvestre, existe la posibilidad de evitar que las especies se extingan”.
Cualquiera que sea la fuente de financiación que se acuerde en última instancia, "lo más importante que se debe abordar es asegurarnos de obtener la cantidad total de fondos para que no tengamos que revisarla dentro de cinco años", dice Bradley Williams, director adjunto de abogacía legislativa y administrativa del Sierra Club. “Queremos asegurarnos de que se financiará por su monto total durante los 10 años completos”. Desde que se agregó la financiación tribal a RAWA, el Sierra Club ha sido uno de los muchos grupos conservacionistas que luchan por su aprobación.
Muchos de los factores estresantes que ya dificultan la vida de muchas criaturas (pérdida de hábitat, especies invasoras, enfermedades) empeorarán en los escenarios de cambio climático, dice Winters. El salmón y la trucha, por ejemplo, necesitan agua limpia y fría para prosperar, y serán aún más vulnerables a medida que las temperaturas aumenten y las sequías empeoren.
La ley de vida silvestre no resuelve el cambio climático, pero puede ayudar a mitigarlo, dice Williams. “La biodiversidad y las crisis climáticas están interconectadas”. Restaurar el hábitat de las marismas, por ejemplo, no solo ayudará a las cigüeñas y los gorriones de las marismas, sino que también ayudará a las comunidades humanas, ya que las marismas retienen carbono y absorben las marejadas ciclónicas.
El Sierra Club está trabajando para que esta nueva legislación sea aprobada, y así cientos de especies que en este momento están gravemente amenazadas vuelvan a tener una oportunidad de sobrevivir.