Adaptado al español por Gretchen Fournier del artículo original de Winston Choi-Schagrin y Elena Shao publicado en el New York Times.
En solo un fin de semana, el Incendio McKinney, alimentado por fuertes vientos y altas temperaturas, quemó más de 55.000 acres en el norte de California, convirtiéndose en el incendio forestal más grande del estado en lo que va del año.
Todos los incendios necesitan combustible y una chispa. En el oeste, el combustible es abundante, con agujas de pino, arbustos y pastos inflamables que pueden encenderse fácilmente. Y aunque la vegetación de la región siempre la ha hecho propensa a los incendios, el cambio climático está intensificando los incendios forestales y alargando la temporada de los mismos.
No hay necesariamente un aumento en la cantidad de incendios en el oeste estadounidense, "pero los incendios son más grandes, más severos y duran más, por lo que el área total quemada por año está aumentando rápidamente", dijo Morgan Tingley, ecologista de la Universidad de California, quien estudia los efectos de los incendios forestales en los ecosistemas de esa área del país.
¿Por qué el oeste tiene tantos incendios forestales catastróficos?
Hay cuatro factores clave.
Clima y paisaje
El oeste de los Estados Unidos tiene lo que se llama un clima mediterráneo, lo que significa que la mayor parte de la lluvia llega durante los meses de invierno, que son húmedos y frescos. También significa que el verano, la estación más seca de la región, se alinea con la más calurosa, creando las condiciones adecuadas para un incendio.
La vegetación de la región (agujas de pino, hierbas secas, arbustos) es más inflamable que las hojas húmedas de arce o haya que se encuentran en los bosques de la costa este.
Además, las corrientes de aire de Santa Ana traen fuertes ráfagas de viento extremadamente seco desde el área de la Gran Cuenca hacia el sur de California, generalmente durante el otoño. Estas secan la vegetación y avivan los incendios forestales, pero también pueden derribar líneas eléctricas y transportar brasas, propagándose aún más.
Después de miles de años, la vegetación de esa zona se ha adaptado a los incendios frecuentes, sin embargo, los incendios forestales en el oeste se han vuelto tan extremos que algunas especies de árboles, como la secuoya gigante, que han evolucionado para coexistir con los incendios durante miles de años, están muriendo en cantidades sin precedentes.
Cambio climático
Los incendios forestales están íntimamente relacionados con el cambio climático, que está haciendo que el oeste sea más cálido y seco.
El registro oficial de incendios del gobierno de California se remonta a 1932, pero nueve de los 10 incendios forestales más grandes del estado ocurrieron en la última década, incluido el incendio del August Complex en el 2020, el más grande de la historia de California y el cual quemó más de un millón de acres de tierra.
El oeste se ha calentado 1,5 grados Fahrenheit en promedio en comparación con hace un siglo. Las temperaturas más altas y la falta de lluvia mataron las plantas pequeñas, secaron la vegetación y provocaron que los árboles perdieran sus hojas antes en la temporada. En promedio, la temporada de incendios se ha vuelto dos meses y medio más larga que en la década de 1970.
Supresión de incendios
Antes de la colonización moderna del oeste americano que comenzó en la década de 1860, las tierras boscosas se quemaban de forma natural por las chispas de los rayos o intencionalmente por las comunidades nativas como una forma de mantenimiento de los bosques.
Sin embargo, a partir del siglo XX, el oeste de los Estados Unidos tenía una política agresiva de supresión de incendios, lo que significaba que los incendios se extinguían lo más rápido posible. En 1935, el Servicio Forestal de los Estados Unidos instituyó la “política de las 10 a.m.”, cuyo objetivo era contener cualquier incendio a las 10 a.m. del día siguiente a su informe inicial.
Esta práctica ha llevado a bosques cada vez más densos y abundante maleza. Los expertos dicen que la supresión de incendios también ha cambiado el suelo del bosque, haciendo que los mismos sean más graves.
En los últimos años, la lucha contra incendios se ha orientado hacia el uso de quemas controladas, para tratar las tierras propensas a incendios mediante la reducción de la maleza. El año pasado, el Servicio Forestal usó quemas controladas en un récord de 1,8 millones de acres de tierras federales. La agencia espera aumentar las operaciones en todo el país en los próximos años.
Asentamiento humano
A medida que crece la población también lo hace el riesgo de provocar un incendio forestal. La mitad de todos los incendios forestales son provocados por la caída de rayos y la otra mitad por los humanos, ya sea indirectamente (líneas eléctricas caídas o chispas de un tren cuando las ruedas presionan contra los rieles) o directamente, cuando se arrojan cigarrillos o se hacen fogatas.
Los incendios forestales provocados por la actividad humana se propagan más del doble de rápido y matan más árboles que los provocados por rayos, según una investigación presentada en una reunión de 2020 de la Unión Geofísica Estadounidense. “Donde viven los humanos, hay más oportunidades para que comiencen los incendios”, dijo la Dra. Tingley.
Cuando pensamos en el cambio climático no podemos verlo como un solo problema, son muchos. Los incendios forestales cada vez son más comunes y peligrosos para la vida de los ecosistemas y los humanos, por eso en el Sierra Club seguimos trabajando día a día para combatir el calentamiento global. Únete a nostros y sé parte del cambio.