Adaptación de Gretchen Fournier del artículo de Raymond Zhong publicado en The New York Times.
El resistente cactus, aficionado al calor, la aridez, adepto a suelos ásperos, podría no parecer la imagen de una víctima del cambio climático, sin embargo, pueden estar llegando a sus límites a medida que el planeta se vuelve más seco y cálido.
Un estudio estima que para mediados de siglo, el calentamiento global podría poner al 60 por ciento de las especies de cactus en mayor riesgo de extinción. Ese pronóstico no tiene en cuenta la caza furtiva, la destrucción de su hábitat y otras amenazas causadas por el hombre que ya hacen de los cactus uno de los grupos de flora más amenazados del mundo.
Para aquellos que piensan en los cactus como maestros estoicos de la resistencia a todo tipo de clima o como lindas plantas de interior de bajo mantenimiento, la enorme variedad dentro de la familia de los cactus puede sorprenderlos.
Para empezar, no todos los cactus son habitantes del desierto. Algunos viven en selvas tropicales o en climas fríos a gran altura, otros almacenan poca agua en sus tallos y dependen del agua de lluvia y el rocío. Y otros crecen en ambientes muy específicos: acantilados de piedra caliza en México, colinas de granito rosa en Brasil, una zona arenosa de menos de una milla cuadrada en Perú. En el Amazonas, los cactus flor de luna giran en espiral alrededor de los troncos de árboles, muy por encima del suelo. En parte, es este estrecho gusto por entornos particulares lo que hace que ciertos cactus sean vulnerables no solo al cambio climático, sino también a amenazas de todo tipo.
El estudio realizado analiza 408 especies de cactus, aproximadamente una cuarta parte de todas las especies conocidas, y cómo los lugares crecen podrían cambiar bajo el calentamiento global. Para sorpresa de los investigadores, sus resultados no variaron mucho entre las diferentes vías del cambio climático, incluso si el planeta se calienta solo moderadamente, muchos tipos de cactus podrían experimentar disminuciones.
En general, se espera que el 60 por ciento de las especies de cactus sufran reducciones de cualquier magnitud y el 14 por ciento reducciones pronunciadas. Se proyecta que solo una especie, el Xique-Xique en Brasil, experimente un crecimiento.
Según el estudio, los lugares donde la mayor cantidad de especies podrían verse amenazadas son generalmente aquellos con la mayor diversidad de especies en la actualidad, incluidos Florida, el centro de México y grandes extensiones de Brasil. A los cactus que viven en los árboles les va especialmente mal, quizás porque sus vidas están muy entrelazadas con las de otras plantas.
El panorama no parece ser tan sombrío para el suroeste de Estados Unidos, hogar del cactus saguaro, pero los científicos aún no saben lo suficiente sobre otros tipos de cactus más raros para predecir cómo podrían responder a climas más severos.
Los cactus, por su naturaleza, no revelan sus secretos fácilmente. Los científicos que examinan la sensibilidad de otras plantas a los cambios ambientales podrían observar, por ejemplo, el tamaño y el grosor de sus hojas pero ese no es el caso de estas plantas espinosas. Las predicciones del estudio tampoco tienen en cuenta eventos extremos como sequías e incendios forestales.
“Es una imagen popular de los cactus”, dijo David G. Williams, profesor de botánica en la Universidad de Wyoming que no participó del estudio. “‘No hay que preocuparnos por ellos. Míralos, tienen espinas, crecen en ambientes terribles”. Pero los cactus, como la mayoría de las plantas, existen en un delicado equilibrio con los ecosistemas que los rodean. “Las especies se adaptan o se extinguen. Como la adaptación es un proceso lento y el cambio climático actual está ocurriendo rápidamente, es probable que se pierdan muchas especies, entre ellas muchos cactus”, dijo Williams.
El cambio climático es real y cada día afecta más a todas las especies del planeta, no solo a los humanos. Por eso el Sierra Club se dedica diariamente a sonar la alarma de que estamos en crisis y si no actuamos no habrá vuelta atrás. Únete a combatir el cambio climático, pequeñas acciones logran grandes cambios.