La gente sabe de la importancia de los bosques tropicales para producir el vital oxígeno que respiramos. Permiten que el agua de lluvia se filtre al subsuelo y se recarguen los mantos acuíferos, mantienen los suelos fértiles al producir materia orgánica y capturan grandes cantidades de carbono, filtran diversos contaminantes y protegen la biodiversidad, de los ecosistemas y las formas de vida.
Sin embargo desconocen que los manglares a nivel mundial tienen la misma función e importancia que los terrestres, son el equivalente al bosque amazónico pero marino.
El mangle, una planta que tolera la salinidad del agua, literalmente va tejiendo bosques sobre las costas, entrelazándose de una manera tan increíble que afianza el suelo, resiste el duro oleaje y funciona como una barrera natural contra desastres, evitando que la costa se erosione.
Los bosques de mangle, son uno de los ecosistemas naturales más valiosos de la Tierra. Los manglares son típicos de las zonas tropicales y subtropicales, y presentan una gran riqueza de biodiversidad. Abarcan desde Florida, el mar Caribe, el Atlántico hasta Brasil, el golfo de México siguiendo la costa de Centroamérica y en el Pacífico al norte de Sudamérica.
Las emisiones de carbono que a diario producimos, tú, yo y todas las personas, así como los automóviles y las fábricas contaminantes, suben hasta la atmósfera y destruyen la capa de ozono que protege a la Tierra haciéndola cada vez más caliente y vulnerable a los poderosos rayos solares, alterando el clima de forma sorprendente e impredecible.
Los manglares almacenan más carbono por unidad de área que cualquier otro ecosistema en la Tierra, retienen hasta 10 veces más carbono por hectárea que los bosques terrestres y también ayudan a combatir la decoloración de los corales.
Según algunos estudios, los corales jóvenes que crecen entre las raíces de los manglares a la sombra de los árboles de mangle muestran una mayor resistencia a la decoloración. Como ecosistemas delicados, los manglares son indicadores de contaminación e impactos ambientales. Sirven como viveros de biodiversidad, albergan a millones de criaturas que los utilizan como criaderos y las protegen entre sus raíces y ramas hasta alcanzar cierto tamaño. Peces, crustáceos, moluscos, estrellas de mar, erizos, más de 30 especies de coral, aves, reptiles y mamíferos e insectos dependen de ellos.
Además, protegen las costas de la erosión y los daños causados por las tormentas, actuando como amortiguadores de las marejadas ciclónicas, formando una barrera natural entre el océano y las comunidades costeras. Se ha descubierto que los manglares reducen las marejadas ciclónicas hasta en 50 centímetros por kilómetro de ancho de manglares.
Los humedales costeros, tanto los manglares como las marismas ayudan a evitar millones de dólares en daños por inundaciones y ahorran cientos de horas de trabajo para reparar los daños causados por las tormentas.
Cuando se destruyen los manglares, sufren mucho más que los árboles. Muchas especies en peligro de extinción dependen de los manglares para su hábitat, y millones de pescadores costeros y agricultores también se ven afectados negativamente. Las comunidades Indígenas han desarrollado relaciones cercanas con los manglares y han administrado conocimientos Indígenas milenarios en su protección, manejo y uso sostenible.
Los manglares de todo el mundo se han visto gravemente reducidos por las actividades humanas, en particular la limpieza para la acuicultura. Los científicos estiman que al menos el 35 por ciento del hábitat global de manglares se perdió entre 1980 y 2000. Una estimación reciente sugiere que las tasas de deforestación de manglares en las últimas décadas han sido de tres a cinco veces más rápidas que las de otros bosques alrededor del mundo.
Los esfuerzos de restauración de manglares están en curso en muchas partes del mundo, incluido el estuario de la Bahía de Tampa, pero algunos proyectos han fracasado gravemente. Para tener éxito, estas iniciativas deben considerar las necesidades del hábitat de los manglares, en particular la hidrología, regulando los vertidos en zonas costeras, e involucrando en los programas de preservación a las industrias locales y las propias comunidades que viven en el área..
El Sierra Club considera crucial que las entidades protectoras del medio ambiente como la EPA, actúen con mayor premura para proteger estos importantes ecosistemas en las costas, pues en la lucha global contra la crisis climática, los manglares son un gran aliado.