Adaptación de Gretchen Fournier del artículo original de Meghie Rodrigues publicado en eos.org
Cuando el huracán María azotó a Puerto Rico el 20 de septiembre de 2017, arrasó una infraestructura ya defectuosa que solo dos semanas antes había sido golpeada por el huracán Irma.
Según un informe de la NOAA, "María ha sido el huracán más destructivo que ha azotado a Puerto Rico en los tiempos modernos". Desde que los meteorólogos comenzaron a llevar registros detallados de la isla en 1956, Puerto Rico ha visto 129 ciclones tropicales. Según un estudio de 2019, el cambio climático fortaleció las lluvias causadas por el huracán María y potencialmente hizo que éstas sean cada vez más extremas y frecuentes, ya que Puerto Rico tiene 5 veces más probabilidades de sufrir este tipo de aguaceros hoy que hace décadas.
Una atmósfera más caliente y temperaturas de la superficie del mar más altas podrían ser las culpables de que las tormentas y huracanes en el Océano Atlántico sean más fuertes.
Huracanes y deslizamientos de tierra
Más de 70.000 deslizamientos de tierra ocurrieron a raíz de María. Además de la intensidad de las lluvias causadas por los huracanes, la composición de los suelos en Puerto Rico también podría hacer que los deslizamientos de tierra sean más comunes.
Utuado, un municipio de la región de la Cordillera Central de Puerto Rico, fue una de las zonas más afectadas con el huracán María. En Utuado, los suelos son arenosos y los deslizamientos de tierra tienden a ser frecuentes.
Construyendo puentes
Las autoridades estatales tardaron 10 días en enviar ayuda a Utuado y la asistencia federal no llegó hasta 42 días después.
El retraso no tiene precedentes, según Francisco Valentín, presidente de la Corporación de Servicios de Salud Primaria y Desarrollo Socioeconómico El Otoao (COSSAO), una organización local sin fines de lucro enfocada en la salud y el bienestar. “Algunos barrios de Utuado no tenían agua potable ni electricidad 15 o 20 años antes del huracán”, dijo Valentín.
Los investigadores Katja Brundiers y Patrick Holladay han estado involucrados durante años en proyectos de resiliencia en Puerto Rico. En el 2019, Brundiers y Holladay analizaron en un estudio la eficiencia de la respuesta de la comunidad de Utuado.
Tetuán es uno de los pequeños barrios de Utuado para los cuales la ayuda tardó en llegar. Cuando el huracán María destruyó un puente importante sobre un acueducto, explicaron Brundiers y Holladay, Tetuán quedó incomunicado. Los habitantes se cansaron de ser ignorados por los programas de ayuda regionales y federales y finalmente reconstruyeron el puente ellos mismos. Estas comunidades “están muy lejos en las Montañas Centrales, y siempre son las últimas a las que se les responde. Nunca había visto una acción tan rápida y poderosa”, dijo Holladay.
“COSSAO y los residentes juntaron dinero, consiguieron el concreto y las tuberías del acueducto, se presentaron a trabajar y reconstruyeron el puente en cuestión de días. La gente me dijo que si hubieran ido al gobierno, les habría costado 2 años y medio millón de dólares reconstruirlo ”, agregó Holladay.
“La destrucción fue tal que todos en la comunidad se pusieron a trabajar. Enfrentamos la falta de agua y comida, lidiamos con personas enfermas y heridas, todo sucedía al mismo tiempo y no estábamos preparados para la magnitud de lo que vivíamos, pero ahora estamos más preparados para este tipo de situaciones", dijo Valentín.
Aunque la comunidad respondió rápidamente, la recuperación general de Puerto Rico ha sido lenta pero constante. Casi 4 años después del huracán María todavía se pueden ver casas cubiertas con las lonas azules provistas por el gobierno. “Las comunidades están avanzando y defendiendo iniciativas que involucran a jugadores del tercer sector (voluntarios y organizaciones sin fines de lucro), la academia y los gobiernos locales”, dijo Pablo Méndez-Lázaro, investigador de salud ambiental de la Universidad de Puerto Rico - Recinto de Ciencias Médicas y colaborador del estudio realizado en el 2019.
Tetuán Renacido y Agroturismo
Una forma en que los locales están preparándose es impulsando la agricultura local. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, María disminuyó el 80% del valor de la cosecha de Puerto Rico. Los cultivos de plátano, banano y café se encuentran entre los más afectados y las pérdidas agrícolas alcanzaron los $780 millones. Sin embargo, la seguridad alimentaria de Puerto Rico se vio amenazada mucho antes del huracán. La isla importa más del 80% de sus alimentos, a pesar de los recursos y la capacidad para una mayor producción.
“Hay producción agrícola local, pero las empresas distribuidoras de alimentos tienen un control casi absoluto del mercado”, explicó Méndez-Lázaro. “Si bien no es difícil para los productores cultivar alimentos, es bastante difícil venderlos. Los productos locales suelen ser más caros que los alimentos importados, incluso con impuestos y costos de transporte agregados. Dado que hace décadas la mayor parte de la economía puertorriqueña se dedicó al desarrollo de su sector industrial, hay muy pocos incentivos económicos para impulsar la producción agrícola local y hacerla más competitiva”.
Tetuán Reborn, una iniciativa de COSSAO, tiene como objetivo fortalecer la seguridad alimentaria mediante actividades agroecológicas. El aspecto más ambicioso de Tetuán Reborn es probablemente la finca e instalación de tostado de café de 5 hectáreas, Hacienda Rullan, propiedad y administrada por COSSAO. Además de producir y vender café, el proyecto también contará con instalaciones turísticas, un museo del patrimonio, programas de agroterapia y una cafetería.
Además de fortalecer el sector agrícola regional, el amplio alcance de los programas tiene como objetivo atraer a los jóvenes a la agricultura. Los jóvenes locales a menudo abandonan la tierra en busca de mejores salarios en las ciudades o en los Estados Unidos. Las iniciativas de agroturismo “producen comida, vino y promueven el turismo agrícola y culinario. Hay varias iniciativas exitosas en la región”, dijo Méndez-Lázaro.
Durante la pandemia, dijo Valentín, una forma de impulsar la producción agrícola local ha sido la venta de cajas con productos agrícolas. COSSAO compra productos a los agricultores locales, clasifica los alimentos en cajas y los pone a disposición de los puertorriqueños, que pueden comprar alrededor de 15 kilogramos (30 libras) de alimentos frescos por $30.
Además de la agricultura, la comunidad local está trabajando en varias otras acciones como la distribución del agua, energía y sistemas de comunicación. “Tetuán será el motor económico de nuestro modelo de resiliencia comunitaria”, dijo Valentín.
En el Sierra Club apoyamos a cabalidad las iniciativas de resiliencia climática que nacen del ingenio de las comunidades marginadas quienes está comprobado son las más afectadas por el calentamiento global.
Enlace para artículo original
https://eos.org/articles/puerto-rico-adapts-to-a-changing-challenging-environment