Adaptación original de Fabián Capecchi, basada en el Newsletter de Doug Jackson publicado en el Sierraclub.org y el artículo de Will Peischel publicado en Motherjones.com
Quien persevera alcanza, reza el dicho. Tras años de lucha, esta semana dos importantes proyectos de gasoductos han sido definitivamente derrotados.
El histórico gasoducto de la costa Atlántica de $8 mil millones y 956 kilómetros (600 millas) de la Duke Energy y Dominion Energy sucumbió a los costos después de años de oposición en los que el Sierra Club estuvo siempre presente.
Y como si fuera poco tras cuatro años de una lucha legal por la construcción de otra controvertida tubería de 1.886 kilómetros (1.172 millas) de largo de la Dakota Access Pipeline, las tribus Sioux de Standing Rock y Cheyenne River obtuvieron una gran victoria cuando un tribunal federal ordenó suspender las operaciones por un año.
Ambos gasoductos levantaron una gran controversia cuando las comunidades, las organizaciones ambientales y los defensores de la justicia racial expresaron su preocupación por los efectos que tendría sobre la salud pública, la calidad del agua y el clima.
Un juez del Distrito de Columbia, dictaminó que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, encargado de otorgar los permisos para la construcción, no evaluó completamente los riesgos ambientales que representa un segmento de la tubería que se extiende por debajo el lago Oahe, en Dakota del sur, un gran embalse a media milla de la Reserva indígena de Standing Rock, que los ha despojado de su tierra sagrada y contaminado su suministro de agua.
Nathalie Baptiste declaró, "los activistas indígenas y sus aliados comenzaron a luchar contra el oleoducto en 2015, pero su retroceso más grave tuvo lugar inmediatamente después de la toma de posesión cuando el presidente Trump firmó órdenes ejecutivas para adelantar la aprobación del oleoducto".
Ambas noticias se producen después de numerosas derrotas legales, casos judiciales en curso y una coalición masiva que abarca varios estados que exigieron la cancelación de los controvertidos oleoductos.
En respuesta, el Director Ejecutivo de Sierra Club, Michael Brune, emitió la siguiente declaración:
“Si alguien todavía tenía preguntas sobre si la era del fracking de gas había terminado o no, esto debería responderlas. Hoy es una victoria histórica para el agua limpia, el clima, la salud pública y nuestras comunidades. Duke y Dominion no decidieron cancelar el oleoducto Atlantic Coast: las personas y las organizaciones de que estuvieron al frente y lideraron esta lucha durante años las obligaron a hacerlo. La victoria de hoy refuerza que las comunidades unidas son más poderosas que las corporaciones contaminantes que ponen precio a nuestra salud y nuestro futuro.
Detener el oleoducto de la costa atlántica es una victoria histórica para la salud y el bienestar de las comunidades a lo largo de la ruta del proyecto, y se suma a la montaña de evidencias que no necesitamos el gas de fracking para satisfacer nuestras necesidades energéticas. Ahora, en lugar de invertir en una mayor destrucción de nuestras aguas y comunidades limpias, podemos continuar haciendo crecer la floreciente economía de energía limpia creando empleos y protegiendo la salud pública".