Nueva York, 21 de Septiembre, 2014 — Más de 400,000 personas participaron en la Marcha Climática de los Pueblos en la Ciudad de Nueva York, convirtiéndola en la mayor manifestación a favor del combate contra el cambio climático de la historia.
La Marcha es una declaración clara y enfática a los gobiernos del mundo, especialmente al de Estados Unidos, que es hora de actuar contra el mayor reto de nuestro tiempo y que las dudas y dilaciones son parte del pasado.
Algunos de los 400 mil participantes (Foto: J. Sierra)
El alcance de la Marcha es el resultado del trabajo de una coalición de más de 1,200 organizaciones de justicia social, medioambientales, sindicales, estudiantiles, religiosas, de supervivientes de la Supertormenta Sandy, e indígenas y de color. Son precisamente estas últimas, incluyendo a la comunidad hispana, las que más sufren las consecuencias del cambio climático y de la contaminación de combustibles fósiles que lo causan.
Todos estos grupos coinciden en que los líderes mundiales —muchos de los cuales se reúnen esta semana en Nueva York para discutir un pacto climático mundial— deben atacar este problema y acelerar la transición hacia una economía de energía limpia que genere prosperidad para todos y no unos pocos. Esta transformación beneficiará sobre todo a los sectores de la economía emplean a más hispanos, como la manufactura, la construcción y la agricultura.
El mensaje es que hay que seguir peleando, porque todavía una buena parte de la población en Estados Unidos está mal informada por una campaña de desacreditación que denunciamos”, dijo el Dr. Mario Molina, ganador del Premio Nóbel de Química en 1995 tras descubrir la causa de la erosión de la capa de ozono en la atmósfera. “Hay que empezar a convencer a la otra mitad de que está mal informada y de que no sólo es un problema de futuras generaciones, sino un problema que ya tenemos encima que ya tenemos que resolver”.
“Las 400,000 personas que participaron en la Marcha Climática de los Pueblos son reflejo del clamor popular contra el cambio climático y los combustibles fósiles y en favor de la prosperidad que nos promete la energía limpia,” dijo Michael Brune, director ejecutivo del Sierra Club. “Con una sola voz exigimos que el Presidente Obama establezca soluciones efectivas que reduzcan la contaminación de combustibles fósiles y que inspiren a líderes de todo el mundo para actuar contra la crisis climática”.
Los hispanos son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático. Debido a su actividad laboral, son más proclives a trabajar a la intemperie, durante las olas de calor del verano y el intenso frío del invierno. Las comunidades hispanas tienden a estar situadas en los lugares más vulnerables a las inundaciones y otros efectos de supertormentas como Sandy. Entre los hispanos es casi unánime la creencia de que el cambio climático es real y que debemos combatirlo abriendo las puertas a una economía de energía limpia.
“Ya empezamos a ver el cambio, y soy incluso más optimista porque ya vemos que está tan claro el aspecto tecnológico y científico, que en unos años ya creo que sí va a haber un acuerdo internacional”, agregó el Dr. Molina. “Ya no es justificable que sigamos viviendo en una época de irracionalidad como si la astrología nos dijera qué es lo que hay que hacer”.