Adaptado al español por Gretchen Fournier del artículo original de Gia Mora publicado en treehugger.com
El comercio justo es un movimiento global que se esfuerza por proporcionar estándares sobre cómo se cultivan, producen y venden productos como alimentos y ropa. Estos estándares ayudan a garantizar un comercio equitativo al conectar directamente a los pequeños productores de países en desarrollo con los compradores. Sin el "intermediario", los consumidores pueden disfrutar de bienes y alimentos producidos éticamente sin pagar adicional. Más importante aún, los trabajadores en operaciones de comercio justo tienen derechos garantizados, reciben un pago justo por su trabajo y trabajan en condiciones más seguras y los lugares donde puede encontrar productos y alimentos de comercio justo.
Una breve historia del comercio justo
Cuando la voluntaria estadounidense, Edna Ruth Byler, visitó Puerto Rico en 1946, se enamoró del encaje hecho a mano por las mujeres locales. A pesar de su obvio talento y de las muchas horas que requería la costura, estas mujeres vivían en la pobreza, por lo que Byler decidió traer las piezas a los Estados Unidos para venderlas y luego devolver las ganancias directamente a las mujeres. Para 1958, había abierto la primera tienda de comercio justo del mundo, Ten Thousand Villages (originalmente llamada Self Help Crafts).
Pronto, otras organizaciones lanzaron esfuerzos comerciales similares para apoyar a los pequeños productores. A fines de la década de 1950, habían surgido más tiendas y organizaciones de comercio justo en toda Europa y continuaron creciendo durante los siguientes 20 años. En las décadas de 1970 y 1980, el comercio justo se expandió tanto en Europa como en América del Norte, e incluyó más que productos hechos a mano. Otros productos básicos (algodón y flores), así como alimentos (café, té, chocolate, plátanos, azúcar y especias), comenzaron a comercializarse de manera similar.
El Día Mundial del Comercio Justo, celebrado por primera vez en 2002, destaca las contribuciones que ha hecho el comercio justo para ayudar a impulsar a los trabajadores, evitar los efectos del cambio climático, promover el desarrollo económico y comunitario y eliminar la pobreza global.
Cómo comprar comercio justo
Con tantas empresas haciendo lo que se conoce como”greenwashing” (aparentar que productos o políticas corporativas son ecoamigables), puede ser abrumador asegurarse de que cada compra que realices cumpla con las mejores prácticas para las personas y el planeta. Pero con un poco de esfuerzo, puedes incorporar fácilmente valores de comercio justo en tus hábitos de consumo.
Busca los logotipo de comercio justo
En lugar de investigar la cadena de suministro de cada camiseta de algodón o bolsa de té que compres, presta atención a las etiquetas de las organizaciones de comercio justo más grandes del mundo. Fairtrade, Fair Trade Certified, la Organización Mundial de Comercio Justo y la Federación de Comercio Justo tienen logotipos icónicos, que le permite a los consumidores saber si los productos cumplen con los estándares internacionales que protegen a los productores y al planeta.
Compra productos locales
El objetivo del comercio justo es conectar a los productores con los consumidores. Al comprar productos en un mercado de agricultores local, o a través de un programa de agricultura apoyada por el consumidor (CSA), en realidad estás haciendo lo mismo, aunque sin certificación oficial.
Al igual que los productos oficiales de comercio justo, comprar productos locales a menudo es menos costoso, aunque no lo parezca, y fomenta el consumo de alimentos de temporada lo cual nos ayuda a reducir nuestras huellas de carbono.
En el Sierra Club apoyamos todo tipo de iniciativa comercial que ayude a reducir el impacto negativo no solo a los ecosistemas de nuestro planeta, si no también a las comunidades más necesitadas.