Adaptado al español por Fabián Capecchi sobre el artículo original publicado en Phys.org
En mayo de este año partió una expedición científica, al norte del Golfo de California, para estimar cuántas vaquitas quedaban en su hábitat las esperanzas no eran altas. Meses de pesca descontrolada, en una zona creada para proteger a la esquiva marsopa, habían aumentado los temores de que el diminuto mamífero estuviese aún más cerca de la extinción desde el último recuento, hace casi dos años. En cambio, se divisó a una vaquita y su cría emergiendo durante la expedición, lo que conmovió a los observadores a bordo de la embarcación. Este y otros encuentros, junto con evidencia acústica, sugieren que la población de vaquitas puede haberse estabilizado, creando una rara sensación de optimismo en la larga batalla por salvar a esta marsopa de morir atrapada en redes, utilizadas para pescar y capturar mariscos. El informe de la expedición de 17 días, publicado el 7 de junio, estimó que el número total de vaquitas individuales distintas observadas durante la expedición, incluyendo una o dos crías, era de entre 10 y 13.
La vaquita es el mamífero marino más raro del mundo y está al borde de la extinción. Es el más pequeño de todas las marsopas, similares a los delfines pero con hocicos más cortos y cuerpos más redondeados.
Estos animalitos, mueren enredados en las redes utilizadas ilegalmente para capturar totoaba, un pez grande cuya vejiga natatoria, un órgano utilizado para controlar la flotabilidad, posee poderes medicinales, según la creencia china.
"Estimamos que las observaciones incluyeron de 1 a 2 crías. y hubo un 76 por ciento de probabilidad de que el número total observado, incluyendo las crías, fuera de entre 10 y 13 individuos", señaló un informe emitido por la ONG Sea Shepherd, que encabeza los esfuerzos de conservación de la vaquita.
"Dado que la búsqueda se realizó en una pequeña porción del lugar histórico restringido donde vive la vaquita, 10-13 se considera una estimación mínima del número de vaquitas que quedan", añadió el informe. Esta cifra es similar a la estimación realizada en octubre de 2021.
Según el último informe, todas las vaquitas que se observaron en mayo "parecían estar sanas".
De color gris, las vaquitas son llamadas "pandas del mar" por los anillos alrededor de sus ojos. Alcanzan un peso de alrededor de 55 kilogramos (120 libras) y una longitud de 1.5 metros (cinco pies).
La vaquita, elusiva por naturaleza, es difícil de observar y se sabe poco sobre su vida reproductiva y longevidad. Según el grupo de conservación WWF, se cree que las hembras tienen una cría única cada dos años o más.
Las vaquitas se ahogan cuando quedan atrapadas en redes de enmalle, que son láminas verticales de redes utilizadas para atrapar peces, y no pueden salir a la superficie a respirar.
Descubierta como especie sólo en 1958, el número de vaquitas se redujo en un 92 por ciento entre 1997 y 2005, según los científicos.
La vaquita está catalogada como "en peligro crítico" en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la última categoría antes de la extinción en estado silvestre.
En 2019, la UNESCO agregó el Golfo de California a su lista de Patrimonio Mundial en Peligro, debido al temor de una inminente extinción de la vaquita.
En un vuelco interesante de la situación, la segunda semana de julio, el presidente Joe Biden exhortó a México a aumentar esfuerzos para salvar a la vaquita marina y la totoaba (un pez endémico del golfo de Baja California) cuyo pesca y tráfico ilegal ha acabado con ambas especies, en peligro crítico de extinción. También habló de imponer sanciones comerciales de aquí a un año, si no se actúa para salvarlas y preservar el ambiente donde viven.
Biden ordenó a varias agencias federales una reunión de alto nivel con el gobierno mexicano, para discutir el tráfico ilegal de totoaba desde México y duplicar esfuerzos para proteger a la vaquita.
El Sierra Club condena el tráfico ilegal de plantas y animales, así como la pesca ilegal, exhortando a las autoridades mexicanas y a los ciudadanos a presionar a los legisladores para salvar a toda costa a la vaquita marina, prácticamente al borde de la extinción