Adaptado al español por Gretchen Fournier del artículo original de James Bruggers publicado en insideclimatenews.org.
Un equipo de casi 50 científicos en un informe concluyó que el plástico causa enfermedades y muertes a lo largo de su ciclo de vida, desde su producción hasta su uso y desecho.
La comisión dijo que los patrones globales de producción, uso y eliminación de plásticos son responsables de un daño significativo a la salud humana, el medio ambiente y la economía, y están causando profundas injusticias sociales, particularmente para los niños.
Se han encontrado desechos plásticos y partículas microplásticas en las cimas de las montañas más altas y en las fosas oceánicas más profundas; en los estómagos de las ballenas, otros mamíferos marinos, y en nuestros cuerpos, lo que genera una creciente preocupación sobre todo el daño que ese plástico podría estar causando en el planeta, la vida silvestre y las personas.
El autor principal del informe, el Dr. Philip J. Landrigan, pediatra, epidemiólogo y director del Programa de Salud Pública Global y el Observatorio Global de Salud Planetaria de Boston College, dijo que el debate está resuelto en gran medida.
“El nivel de certeza científica es absoluto”, dijo. “No hay duda alguna de que el plástico causa enfermedades, invalidez, muerte prematura, daños económicos y daños a los ecosistemas en cada etapa de su ciclo de vida. Y ese ciclo de vida comienza con la extracción del petróleo, el carbón y el gas que son los componentes básicos del 98 al 99 por ciento de los plásticos”.
Landigran ha estado estudiando los efectos en la salud de los contaminantes ambientales durante décadas y trabajó en los primeros estudios que vinculan los peligros de la exposición al plomo en los niños. En los últimos años ha centrado su atención en el plástico.
El informe sintetiza el estado del conocimiento científico sobre los plásticos y la salud, citando decenas de referencias de investigación, e incluye un nuevo cálculo de que las pérdidas relacionadas con la salud por la producción de plásticos superaron los $250 mil millones a nivel mundial en 2015. Solo en los Estados Unidos, los costos de salud por enfermedades y discapacidades causadas por ciertas sustancias químicas utilizadas para fabricar plástico probablemente superaron los $920 mil millones en 2015.
También se expone la forma en que la industria química y de plásticos promocionan el desarrollo del petróleo y el gas como fuente de empleo e independencia energética, la producción de plásticos como medio de desarrollo económico y los productos plásticos como un beneficio social y personal de la sociedad moderna.
Los grupos de la industria y el comercio también argumentan que están trabajando para terminar con la contaminación plástica a través de las llamadas técnicas de "reciclaje avanzado", que aún no han sido probadas en gran medida, y que usan calor y productos químicos para convertir los desechos plásticos en combustibles fósiles, y otras materias primas para producir nuevos productos plásticos. Los desechos plásticos a menudo se arrojan en vertederos o se incineran, solo el 9 por ciento se recicla y se usa nuevamente, y una gran cantidad de los desechos se envían al extranjero a países que están menos equipados para lidiar con ellos.
El verano pasado, a través del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las naciones del mundo acordaron trabajar en un tratado global para abordar el problema de los desechos plásticos. Pero las negociaciones del tratado, que comenzaron en diciembre y continuarán en junio, ya están marcadas por importantes divisiones en el alcance y la estructura, y los críticos califican la posición de los Estados Unidos de "poca ambición".
La comisión recomendó un tratado que prohibiría o restringiría severamente la fabricación y el uso de artículos de plástico innecesarios, evitables y problemáticos, incluidas las microesferas de plástico. El informe de la comisión también recomendó que los productores de carbón fósil, así como los productores y fabricantes de productos plásticos, sean legal y financieramente responsables de la seguridad y la gestión del final de la vida útil de todos los materiales que producen y venden.
Landrigan trazó un paralelo entre el plomo y el plástico. “Hace unos 100 o 120 años, el plomo no se extraía mucho. Luego llegaron mejores equipos, y de repente la industria del plomo tenía un exceso para el que tenían que encontrar usos. Lo pusieron en pintura y gasolina, en cantidades enormes y lograron contaminar el mundo entero, haciendo daño a tres o cuatro generaciones de niños del mundo con envenenamiento por plomo” dijo.
Ahora, “la industria de los combustibles fósiles está haciendo lo mismo. Tienen un producto, el uso tradicional se está secando. Están girando y yendo en una dirección diferente” finalizó.
En el Sierra Club cada día trabajamos para educar a las personas a que tomen decisiones que los encaminen a un estilo de vida más sostenible. Decirle NO a los plásticos es una de esas acciones que podemos tomar que nos ayudarán a combatir la crisis climática