(English follows)
La industria carbonera sigue tratando a nuestra atmósfera como su retrete particular, causando la muerte prematura de miles de personas cada año.
Un nuevo estudio del Sierra Club concluyó que cada año, la contaminación de hollín (o materia particulada) procedente de las plantas térmicas de carbón causa la muerte prematura de unas 3.800 personas nacionalmente. La mitad de estas defunciones las causa solo el 10% de estas instalaciones y, por tanto, se las considera supercontaminadores. El reporte, titulado “Fuera de Control: El Mortal Impacto de la Contaminación Carbonera”, concluyó que las tres plantas carboneras más letales son General James M. Gavin (Ohio, 244 muertes), Labadie (Missouri, 195) y Keystone (Pennsylvania, 160).
La exposición a la materia particulada puede causar ataques de asma, reducción de la función pulmonar, males coronarios y muerte prematura, especialmente entre niños y ancianos.
Los latinos no nos libramos de esta lacra. Para nosotros, las tres plantas más letales son W A Parish (Texas), Martin Lake (Texas) y Labadie (Missouri). Similarmente, las tres compañías eléctricas carboneras que más daño hacen a nuestra comunidad son NRG Energy Inc, Berkshire Hathaway Inc. y Vistra Corp. No solo es el carbón el que castiga a nuestra gente con su mortal contaminación. Una encuesta también del Sierra Club entre votantes latinos ya había revelado que el 40% vive, trabaja o estudia peligrosamente cerca de un lugar tóxico—como una planta carbonera—y que el 45% de ellos o sus familias han confrontado el asma.
El reporte carbonero explica que en general solo el 4% de las muertes prematuras ocurre en el condado donde está situada la planta contaminadora debido a que las corrientes de viento arrastran la contaminación a lugares distantes donde se sufren los daños con más intensidad. Por ejemplo, en Nueva York, un estado con gran densidad latina, la contaminación de hollín causa la muerte prematura de 234 personas cada año, pese a que este estado no contiene ninguna planta carbonera.
Las compañías propietarias de estas instalaciones letales, sin embargo, no aprenden. El reporte reveló que las que más daño causan no tienen planes de reducir ni eliminar su contaminación, y que más de la mitad todavía en funcionamiento carece de controles efectivos contra la esta mortal polución.
“Este reporte prueba lo que comunidades de todo el país saben demasiado bien: que la contaminación de hollín mata”, dijo Ben Jealous, director ejecutivo del Sierra Club. “Todas las comunidades, sin importar su código postal, ingresos ni raza tienen el derecho a respirar aire limpio. Es simplemente inaceptable que miles de personas mueran cada año debido a la contaminación carbonera cuando tenemos disponibles alternativas limpias”.
La Campaña Más Allá del Carbón, junto con comunidades de todo el país, ha logrado el cierre o anuncio de cierre de 370 plantas carboneras. Pero todavía quedan 160 de ellas activas. Es por ello, que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) debe ser audaz en el refuerzo de las protecciones contra la contaminación de hollín. El actual borrador no aborda las emisiones de plantas carboneras que generan la materia particulada. Por otro lado, la EPA sí tiene la autoridad de exigir a las plantas más letales que instalen controles de contaminación o de clausurarlas sin más.
La industria carbonera tiene los días contados. Según la Agencia Internacional de Energía, la solar superará a la carbonera como la más importante del mundo para el 2027. Y en Europa, las energías solar y eólica están abrumando a la carbonera y gasera con un 22% de la capacidad generadora de electricidad.
Lo que está por ver es cuándo el sentido común y el uso de la energía limpia y renovable triunfarán sobre un combustible que nos está matando.
(English)
Coal Is Killing Us
The coal industry keeps treating our atmosphere as their private sewage, causing the premature death of thousands of people around the country every year.
A new study by the Sierra Club revealed that soot pollution (or particulate matter) from coal-burning plants causes some 3,800 premature deaths each year. Half of those deaths are triggered by only 10 percent of those plants and, therefore, they are considered super polluters. The report, titled “Out of Control: The Deadly Impact of Coal Pollution,” concluded that the three most lethal plants in the country are General James M. Gavin (Ohio, 244 deaths), Labadie (Missouri, 195), and Keystone (Pennsylvania, 160).
Exposure to particulate matter can cause asthma attacks, decreased lung function, heart disease and premature death, especially among the elderly and children.
We Latinos also suffer this punishment. For us, the data underlying the Sierra Club report found the three most lethal plants are W A Parish (Texas), Martin Lake (Texas) and Labadie (Missouri). Similarly, the three utilities that cause the most damage to Latino communities are NRG Energy Inc., Berkshire Hathaway Inc., and Vistra Corp. Not only do we suffer the consequences of coal pollution, but a previous Sierra Club survey among Latino voters found that 40 percent of us live, work or study dangerously close to a polluting site—including coal plants—and that 45 percent of us or our families have confronted asthma.
The coal report indicates that, in general, only 4 percent of the premature deaths take place in the county where the coal plant is located because of wind patterns that blow this pollution away to distant places where communities suffer the most damage. For instance, New York, a state with high Latino density, particulate matter pollution causes the death of 234 people every year, even though there are no coal plants in that state.
Utilities, nevertheless, won’t learn. The study revealed that the worst companies have no plans to either reduce or eliminate their pollution and that more than half of those still active still lack air pollution controls.
“This report proves what communities across the country know all too well: soot pollution kills,” said Sierra Club executive director Ben Jealous. “All communities–regardless of their zip code, income, or race–have the right to breathe clean air, and it is simply unacceptable that thousands of people are left to die from coal plant pollution every year when we have clean energy alternatives readily available.”
The Beyond Coal Campaign, along with communities across the country, has accomplished the retirement or proposed retirement of 370 coal plants in the US. But 160 others still remain active. That’s why the EPA must be bold in reinforcing the current soot protections. Its current draft standard fails to address controlling emissions from power plants that contribute to particulate matter. On the other hand, the EPA does have the authority to demand that the most lethal plants install modern pollution controls or to shut the facilities down for good.
The coal industry’s days are numbered. According to the International Energy Agency, solar will overcome coal as the world’s premier energy source by 2027. And in Europe, 22 percent of the total electricity is generated by solar and wind, crushing coal and gas.
What remains to be seen is when common sense along with clean and renewable energy will finally mark the end of a fossil fuel that is killing us.