Queremos celebrar el mes de Black History destacando el talento artístico de varios directores de cine Afromexicanos y otros que resaltan historias de la cultura negra. México es conocido por su extensa población Indígena, pero no por los dos millones y medio de personas que orgullosamente se reconocen como descendientes de Africanos, que alcanzan el 2 por ciento de la población total del país. Estos Afromexicanos, o Afromixtecos como también se denominan, conservan una cultura propia muy rica y peculiar que podrás apreciar en cada una de estos interesantes documentales.
Diablitas, Diablitos y almitas
La directora Isis Violeta Contreras Pastrana, nos adentra en un viaje mágico al pueblo de Cuajinicuilapa, en el estado de Guerrero, a través de su película Diablitas, diablitos y almitas (2015). Entre disfraces, máscaras y una contagiosa atmósfera con música africana, un grupo de niñas y niños aprenden a bailar la danza de los diablos, representando sus raíces africanas y su historia. Esta fiesta refleja una sociedad diversa y compleja, que se entrelaza con la violencia e inseguridad que el narcotráfico ha impuesto en la vida de esta región mexicana.
Caricia
Caricia tiene el valor de regresar a sus orígenes en Cuajinicuilapa, Guerrero, para emprender su propio negocio luego de su cambio de identidad sexual y una violenta relación. Esa es la historia del cortometraje Caricia (2016), del director David Montes Bernal, acerca de una estilista transgénero. Es el primer cortometraje de este joven director que, además de artista, modelo y gastrónomo, trabaja como activista en contra de la discriminación sexual.
Tita, tejedora de raíces
Para adentrarnos en la vida de Tita es necesario embarcarse en su bote, envolviéndonos en sus pensamientos, esperanzas y sueños. Eso es exactamente lo que hace la directora Mónica Morales García, al contarnos la vida de Tita, perteneciente a la comunidad Afromexicana de Chacahua, en Oaxaca, y quien sostiene a su familia por medio de la pesca. Tita, la tejedora de raíces (2018) es una mujer de gran fortaleza, que busca oportunidades para superarse a nivel personal y así poder aportar al bienestar de su entorno, mientras sueña con una vida mejor y más justa.
El sonar de las olas
El día en que Elida se subió a una tabla de surf en las playas de Acapulco, descubrió su verdadera pasión. El sonar de la olas (2018) narra la historia de una adolescente efusiva y entusiasta, a quien le gusta tocar el violín y convivir con sus amigos en las calles y playas de Bonfil, Acapulco. Un pintoresco documental contada por la directora Vanessa Ishel Ortega Castillo, que obtuvo el segundo lugar en el Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos de 2019. Candy Surfer, apodada así por sus amigos, se adentra en las olas, desafiando las órdenes de su madre que considera el surf un peligro para su vida.
Weck: La palabra es mi voz
Aldo Arellanes Antonio, busca que los derechos de los Afromexicanos en México sean reconocidos. Este director y solista de un grupo de rap llamado Lírica 3, nos trae un interesante documental llamado Weck: La palabra es mi voz (2018). Weck es un artista urbano Afromexicano que se dedica a organizar un evento llamado Rap Conciencia, en Santiago Pinotepa Nacional, en Oaxaca, con el objetivo de reivindicar el Hip Hop local.
Rojo
Ganarse la vida esquivando autos mientras hace malabarismo en las calles en Acapulco es la historia de Rojo, un joven de veinte años que nos presenta la directora María Candelaria Palma Marcelino. Defensora de su tierra y del empoderamiento de la mujer, esta directora nos cuenta la vida de un joven negro desde el Acapulco que no sale en la televisión. En medio de la violencia que permea su estado, sus sueños e inquietudes lo acercan a otros jóvenes con ideas y gustos similares, y así construye una familia.
El Sierra Club aboga por un mundo más justo, en donde todos tengamos las mismas oportunidades y que los derechos de todas las personas sean respetados sin importar su origen, color, religión, género, orientación sexual o nivel socio-económico.
We want to celebrate Black History Month by highlighting the artistic talents of various Afro-Mexican film directors and others who highlight stories from Black culture. Mexico is known for its large Indigenous population, but not for the two and a half million people who proudly claim to be of African descent, who make up 2 percent of the country's total population. These Afro-Mexicans, or Afromixtecos as they are also called, preserve their own very rich and peculiar culture that you will be able to appreciate in each of these interesting documentaries.
Diablitas, Diablitos y almitas (Little devils and little souls)
Director Isis Violeta Contreras Pastrana takes us on a magical journey to the town of Cuajinicuilapa, in the state of Guerrero, through her film Little Devils, Little Devils and Little Souls (2015). Between costumes, masks and a contagious atmosphere with African music, a group of girls and boys learn to dance the dance of the devils, representing their African roots and their history. This festival reflects a diverse and complex society, which is intertwined with the violence and insecurity that drug trafficking has imposed on the life of this Mexican region.
Caricia
Caricia has the courage to return to her origins in Cuajinicuilapa, Guerrero, to start her own business after her change of sexual identity and a violent relationship. That is the story of the short film Caricia (2016), by director David Montes Bernal, about a transgender stylist. It is the first short film by this young director who, in addition to being an artist, model and gourmet, works as an activist against sexual discrimination.
Tita, Tejedora de raíces (Tita, weaver of roots)
To delve into Tita's life, it is necessary to embark on her boat, wrapping ourselves in her thoughts, hopes, and dreams. That is exactly what the director Mónica Morales García does when she tells us about the life of Tita, a member of the Afro-Mexican community of Chacahua in Oaxaca, who supports her family through fishing. Tita, the root weaver (2018) is a woman of great strength who seeks opportunities to improve herself on a personal level and thus be able to contribute to the well-being of her surroundings while she dreams of a better and fairer life.
El sonar de las olas (The sound of the waves)
The day Elida got on a surfboard on the beaches of Acapulco, she discovered her true passion. El sonar de las olas (2018) tells the story of an effusive and enthusiastic teenager who likes to play the violin and hang out with her friends on the streets and beaches of Bonfil, Acapulco. A picturesque documentary told by director Vanessa Ishel Ortega Castillo, which won second place at the 2019 International Human Rights Film Festival. Candy Surfer, nicknamed by her friends, wades into the waves, defying her mother's orders, who considers surfing a danger to his life.
Weck: la palabra es mi voz (Weck: The word is my voice)
Aldo Arellanes Antonio wants the rights of Afro-Mexicans in Mexico to be recognized. This director and soloist of a rap group called Lírica 3, brings us an interesting documentary called Weck: La palabra es mi voz (2018). Weck is an Afro-Mexican urban artist who is dedicated to organizing an event called Rap Conciencia, in Santiago Pinotepa Nacional, in Oaxaca, with the aim of vindicating local Hip Hop.
Rojo (Red)
Making a living dodging cars while juggling in the streets of Acapulco is the story of Rojo, a twenty-year-old young man who is introduced to us by director María Candelaria Palma Marcelino. Defender of her land and the empowerment of women, this director tells us about the life of a young black man from Acapulco who does not appear on television. In the midst of the violence that permeates his state, his dreams and concerns bring him closer to other young people with similar ideas and tastes, and thus he builds a family.
The Sierra Club advocates for a more just world, where we all have the same opportunities and where the rights of all people are respected regardless of their origin, color, religion, sexual orientation or economic income