Adaptación al español de Fabián Capecchi sobre el artículo de Morgan McFall-Johnsen publicado en Business Insider.
Comer pescado de un lago o arroyo local podría ser equivalente a ingerir una dosis gigante de los peligrosos "químicos permanentes", casi lo mismo que beber agua contaminada durante un mes.
Desde su invención en la década de 1930, las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) son una gran familia de productos sintéticos, desarrollados para resistir la humedad y el calor. Desde entonces se han multiplicado y extendido y se encuentran en muchos productos como envases de alimentos y prendas de vestir.
Pero en las últimas décadas, una investigación realizada por Environmental Working Group EWG (solo en inglés) ha revelado que las PFAS son perjudiciales para la salud humana. Tanto así que los han relacionado con algunos tipos de cáncer, enfermedades de la tiroides, disminución de la fertilidad, retrasos en el desarrollo, daño hepático, colesterol alto y debilitamiento del sistema inmunitario.
Lo que es peor, las PFAS (solo en inglés) no se eliminan y se acumulan en el cuerpo. Estas sustancias se les conoce como "químicos permanentes" porque en realidad no se descomponen. Ahora están en la tierra, los alimentos, el agua, la ropa y hasta en el polvo de tu hogar. Un análisis reciente encontró que incluso el agua de lluvia en todo el planeta contiene niveles peligrosos de PFAS.
Las PFAS resisten la degradación y permanecen en el medio ambiente de manera muy prolongada. Por lo tanto, no sorprende que estas sustancias hayan llenado las vías fluviales de los EE. UU. como ríos y lagos, donde pueden acumularse en los cuerpos de los peces.
El problema está muy extendido en los Estados Unidos. Environmental Working Group (EWG, por sus siglas en inglés) elaboró un mapa (solo en inglés), de las más de 500 muestras de pescado contaminado con PFAS en 48 estados.
El mapa se basa en datos de la EPA de 2013 a 2015, en los que la agencia probó más de 500 muestras de peces en lagos y ríos en los EE. UU.
Los investigadores de EWG publicaron su análisis de esos datos en la revista Environmental Research. Descubrieron que el PFOS, una de las sustancias más notorias, era el mayor contribuyente a la contaminación por PFAS (solo en inglés) en el pescado.
Comer solo un pez de agua dulce podría equivaler a un mes de beber agua contaminada con 48 partes por billón de PFOS, calcularon los investigadores de EWG. El año pasado, la EPA logró reducir el nivel de PFOS en el agua potable que considera segura a 0,02 partes por billón.
"Encontrar este nivel de contaminación en el pescado en todo el país, incluso en áreas no cercanas a la industria donde se podría esperar una gran contaminación, es muy preocupante. Esas conclusiones son "particularmente preocupantes a causa del impacto que sufren las comunidades menos favorecidas que consumen pescado como fuente de proteínas o por razones socioculturales", explicó a la AFP David Andrews, de la organización Environmental Working Group, quien dirigió el estudio.
Las PFAS están en todas partes, lo que hace que el planeta sea "un poco inhóspito"
Algunos lugares, como Wisconsin en el 2021, han emitido avisos sobre la contaminación por PFAS en el pescado. Advirtieron a las personas que no comieran peces del lago Superior más de una vez al mes.
Pero los estados no siempre advierten a las personas sobre la contaminación de PFAS en sus peces. Así que llevar tu caña de pescar al río local podría ser más arriesgado de lo que piensas.
"Cuando comenzamos a preocuparnos realmente por el uso de nuestros recursos ambientales, eso me enoja y me molesta mucho", dijo Ian Cousins, quien dirigió el análisis de los niveles de PFAS (solo en inglés) en el agua de lluvia, a Business Insider en agosto.
El nuevo estudio del EWG encontró que la media del nivel total de PFAS en los peces de agua dulce capturados en la naturaleza fue 278 veces más alta que la de los peces criados en granjas piscícolas.
Si bien es probable que evitar las PFAS por completo sea imposible, puedes informarte sobre cómo evitar ciertos productos que contienen grandes dosis de estos residuos químicos, o dejar de consumir pescados de ciertas vías fluviales.
Aunque las nuevas y estrictas pautas de la EPA para el PFOS y para su primo igualmente notorio, el PFOA, no se pueden hacer cumplir actualmente, la agencia está trabajando para limpiar algunas de las aguas potables más contaminadas del país. El Proyecto de Ley de Infraestructura de 2021 designó $5 mil millones para ese esfuerzo.
El Sierra Club ha venido haciendo un llamado a las agencias de gobierno para que prohíban estas peligrosas sustancias químicas, y obliguen a las industrias responsables a limpiar la contaminación de los ríos y lagos cercanos a las comunidades afectadas por las PFAS