Adaptación al español por Fabián Capecchi del artículo original de Lindsey Botts publicado en SierraClub.org
El presidente Joe Biden, por primera vez, utilizó los poderes otorgados a la presidencia en virtud de la Ley de Antigüedades para poner nuevas tierras bajo protección federal al designar los 53.804 acres de las Montañas Rocosas centrales como monumento nacional. La adición de tierras públicas más reciente, llamada Monumento Nacional Camp Hale–Continental Divide, está a unas 110 millas al oeste de Denver e incluye tierras montañosas, edificios históricos y partes de la cordillera Tenmile Range. La medida de Biden, anhelada durante mucho tiempo por los grupos conservacionistas de Colorado, garantizará que un antiguo campo de entrenamiento de la Segunda Guerra Mundial esté permanentemente protegido para el disfrute de generaciones de estadounidenses que atesoran el aire libre y valoran la historia de Estados Unidos.
“Esta acción honrará a los veteranos de nuestra nación, los pueblos Indígenas y su legado al proteger este paisaje de Colorado mientras apoya los empleos y la economía de recreación al aire libre en los Estados Unidos”, dijo la Casa Blanca en un comunicado anunciando la declaración. “Al proteger esta área icónica y prohibir la extracción de minerales en el área de Thompson Divide, el presidente se basa en una serie de pasos que la administración ha tomado para proteger algunas de las tierras y aguas más preciadas de los Estados Unidos”.
Los grupos de veteranos y conservacionistas, como el Sierra Club, National Wildlife Foundation, National Parks Conservation Association y Wilderness Society, han estado tratando de proteger esta área durante años. A finales del mes pasado, grupos de recreación al aire libre y un veterano de 100 años de edad se reunieron en el Museo de Deportes Invernales de Colorado en Vail para pedirle al presidente que designara el campamento como monumento nacional.
En 1992, el Servicio de Parques Nacionales agregó el sitio al Registro Nacional de Lugares Históricos. En 2018, el senador demócrata por Colorado Michael Bennet, propuso proteger el sitio como Paisaje Histórico Nacional, el primero en términos de clasificación de tierras públicas. En 2019, Bennet se unió al representante Joe Neguse para incluir el campamento en la Ley de Economía y Recreación al Aire Libre de Colorado, un ambicioso proyecto de ley que tiene como objetivo proteger casi medio millón de acres en Colorado.
Esta es la primera vez que el presidente Biden utiliza la autoridad de la Ley de Antigüedades de 1906, que otorga a los presidentes amplios poderes para crear monumentos que protegen áreas de gran importancia ecológica, cultural o científica. En 2021, Biden restauró las protecciones federales a partes de los monumentos nacionales Grand Staircase-Escalante, Bears Ears y Northeast Canyons and Seamounts, que habían sido reducidos por el presidente Trump.
El nombre de Camp Hale le fue dado en honor al general Irving Hale y el área se extiende a ambos lados de la línea divisoria continental. A 9200 pies, el valle del río Eagle, donde se encuentra el campamento, demostró ser un lugar ideal durante la guerra para entrenar tropas que combatirían en climas fríos.
La 10.ª División de Montaña entrenó allí entre 1942 y 1944. Las actividades de la división incluían esquí alpino y nórdico, montañismo y supervivencia en climas fríos, como trabajar a gran altura y combatir en nieve profunda. En su momento de mayor actividad, el campamento albergó a unos 15.000 soldados que libraron una batalla decisiva en los Apeninos en Italia, ayudando a las potencias aliadas a derrotar a las fuerzas nazis en Riva Ridge y Mt. Belvedere después de varios reveses.
“Está la historia de la Segunda Guerra Mundial allí, pero muchos de esos veteranos regresaron a Colorado y fundaron lo que se convirtió en nuestra industria de esquí moderna en la actualidad”, dijo Stevens. “Esos veteranos son la razón por la que existe Vail, Breckenridge y Arrowhead y todas las principales estaciones de esquí que se encuentran en las montañas centrales de Colorado.
Además de honrar la historia de este campo de entrenamiento clave en tiempos de guerra, la designación de monumento nacional preservará la integridad natural del Eagle River Valley, que se encuentra dentro del White River National Forest: 2.3 millones de acres de abetos, piceas y pinos que incluyen 10 picos montañosos de más de 14.000 pies de altura, ocho áreas silvestres y cuatro embalses principales. El anuncio de hoy también incluyó la suspensión de la extracción de minerales en los 225.000 acres que abarca Thompson Divide.
En particular, la designación protegerá esta zona de futuras operaciones de minería y perforación que podrían degradar el medio ambiente. Las protecciones también garantizarán que las áreas reciban los fondos necesarios para la restauración, el aprendizaje interpretativo y un mejor acceso público.
El monumento seguirá siendo administrado por el Servicio Forestal de los Estados Unidos. Quienes abogaron por el proyecto de ley esperan que la designación genere un plan de gestión, dijo Nancy Kramer, presidenta de la Fundación 10th Mountain Division.
La creación de este monumento nacional es motivo de gran regocijo para el Sierra Club, pues durante años participó en los esfuerzos que se hicieron por proteger esa hermosa área de la cordillera central de Colorado.