Nota del editor: Pedro Cruz es el Director Interino de la Campaña Healthy Communities en Washington D.C. Las opiniones expresadas en esta entrevista son exclusivamente suyas.
Apenas comienza a hablar, los rizos rebeldes de su cabello se disparan como resortes queriendo intervenir también en la conversación. Y es que la sonrisa, la claridad de ideas y entusiasmo que derrocha Pedro Cruz son muy contagiosos. Quisqueyano, caribeño hecho de sal, arena y espuma, activista ambiental al cien por ciento, entendió desde muy joven la importancia de defender los derechos de las comunidades más humildes. Pedro, se rebeló contra el abuso y la contaminación cuando apenas tenía 15 años.
Pedro Cruz: Nací y crecí en la República Dominicana, desde muy temprano también me involucré en cuestiones de activismo no necesariamente del medio ambiente pero si para la mejora del vecindario donde yo vivía, que era como casi todos los vecindarios de Santo Domingo, muy peculiar.
En la República Dominicana la energía eléctrica era uno de los problemas más graves que teníamos y que todavía tenemos. Casi toda la generación eléctrica proviene del diésel, gas y ahora carbón. En mi vecindario había una fábrica textilera y al lado había un área de recreo para los niños y una cancha de baloncesto para los muchachos. Recuerdo que una de las primeras acciones que organizamos fue para proteger ese espacio comunitario porque querían poner una planta de transferencia de generación diésel. En ese momento honestamente no sabía lo que eso implicaba, no sabía que iba a contaminar el barrio, que eso iba a oler feísimo, pero sabía que estaban quitándome algo que era de nosotros, así que los muchachitos del barrio nos organizamos, hicimos piquetes, mucho ruido, hablamos con nuestro concejal que trató de disuadirnos, que eso era para la comunidad, porque nos va a traer electricidad. Pero sentimos que nos estaban quitando algo y no nos estaban dando nada a cambio. Es una ironía que aún mi vecindario, una comunidad pobre, todavía tiene un servicio de energía bastante deficiente. Ahora pusieron una planta eléctrica de gas, que está encendida todo el tiempo, iluminando el vecindario que está completamente a oscuras, haciendo ruido y contribuyendo al cambio climático, pero no hay quien critique esa planta porque al menos no huele tan mal como huele la planta de diésel.
¿Cómo empezaste a vincularte en el movimiento ambientalista?
Pedro Cruz:En Puerto Rico participé en una conferencia internacional sobre la quema de carbón. Invitaron a compañeros de Colombia, de un área donde hay minas de carbón que está afectando a su comunidad. También invitaron a compañeros del sur de Puerto Rico, donde está la única planta que genera energía con carbón, e invitaron a activistas de la República Dominicana, donde las cenizas del carbón que quemaban en Puerto Rico las iban a tirar a las playas dominicanas. Entonces ahí tenías en la región caribeña, este ciclo de contaminación y al mismo tiempo, esta conversación entre activistas, que entendían que existen alternativas a esta polución que está matando a nuestras comunidades.
¿Qué te hizo unirte al Sierra Club?, ¿Cuál fue la primera acción que tomaste como activista?
Pedro Cruz: Fue aquí en Washington D.C., donde vivo, yo estaba trabajando en una campaña para que mejorara el servicio de transporte público, creando conciencia de que si no cuidamos nuestro sistema de transporte público corríamos el riesgo que fuese segregado nuevamente como pasó en los años 50. Había que defenderlo porque trabajar en la transportación pública en Washington D.C. es uno de los trabajos que con un grado de escuela superior puedes obtener un salario decente y la mayoría de la gente que trabaja allí es de origen Afro-americano. Cuando nos reunimos con la oficina del alcalde y nos quejamos que los proyectos que estaban proponiendo eran invertir más dinero en comunidades afluentes y comunidades blancas, en vez de las comunidades pobres y de minorías raciales, el alcalde básicamente nos acusó de no saber lo que estábamos hablando, porque según él todos los ambientalistas, incluyendo el Sierra Club apoyaban al alcalde. Me puse en contacto con el Sierra Club, fui a su oficina de Washington D.C., no conocía mucho de la organización, y les explique cómo apoyar esta campaña ayudaría a incrementar la equidad en la transportación pública en D.C. Básicamente no entendieron lo que yo quería o por qué me oponía a los planes del alcalde y perdimos una gran oportunidad para establecer una fuerte alianza entre trabajadores,usuarios, y ambientalistas.
Tiempo después terminé trabajando con una organización ambientalista en Phoenix, Arizona, y ahí tuve contacto con el capítulo local de Sierra Club y fue una experiencia completamente opuesta. Pude entender mejor cómo funcionaba la organización y me gustó. Poco después tuve la oportunidad cuando se abrió una posición en Sierra Club que trataba de conectar temas de justicia ambiental con justicia laboral, y yo pensé: yo no sé mucho de justicia ambiental, pero de justicia económica y laboral sí sé mucho. Justicia ambiental suena como algo super emocionante y como es la mezcla de los dos, dije, yo quiero ese trabajo y fui tan afortunado que lo conseguí y aquí estoy en el Sierra Club desde hace 5 años.
Cuéntanos sobre tu programa/iniciativa con el que trabajas en el Sierra Club.
Pedro Cruz: Trabajo con la campaña de Healthy Communities del Sierra Club. Este programa comenzó como un matrimonio entre la justicia ambiental, laboral y económica, entendiendo que para resolver los problemas endémicos de racismo ambientalista y de justicia ambientalista tenemos que buscar soluciones que respondan tanto a la necesidades de salud, ambientales y económicas de estas comunidades, es decir, que si estamos abogando por energía renovable, los primeros trabajos deben ser para los integrantes de estas comunidades. Actualmente nos enfocamos en fortalecer nuestra solidaridad con los activistas de Justicia Ambiental, tocar la disparidad racial con la que familias Afro-americanas y otras minorías tienen que gastar un mayor porcentaje de su ingreso en energía (energy burden), y abogar por comunidades más fuertes y mejor preparadas al impacto del cambio climático.
O ganamos todos o no ganaremos.
Como Hispano y Afro-Dominicano, o Afro-Caribeño, ¿las comunidades Hispanas entienden lo que es la justicia ambiental?
Pedro Cruz: Quisiera decirte sí. Hay un entendimiento de cuáles son los problemas de justicia ambiental que afectan a nuestras comunidades, y cuales son las soluciones que la comunidad Hispana en EE.UU. quiere ver. Hay también un entendimiento que existe una clara conexión entre raza y justicia ambiental, que esa es la razón por la que se decide construir un vertedero en una comunidad, un incinerador o una planta de carbón, es porque somos pobres, gente de color. Hay líderes de justicia ambiental que son bien fuertes, y tienen mucha credibilidad, pero no hay suficientes, necesitamos más porque el problema es muy grave. Aunque no en igual medida, en las comunidades se percibe el ambientalismo y la justicia ambiental distinto a como lo ven las comunidades no Hispanas. Con frecuencia confunden justicia ambiental con ambientalismo, y eso es un poco peligroso porque las metas de activismo de las dos son un poco diferentes. Parte de mi experiencia trabajando en el Sierra Club, es que mucha gente fuera de la organización se acerca a mi con problemas de justicia ambiental, y tengo que explicarle que nosotros no somos una organización de justicia ambiental, sino ambientalista, pero que nos importa mucho la justicia ambiental.
¿Los Hispanos entienden lo que es el cambio climático? ¿Saben en qué medida les está afectando?
Pedro Cruz: Hay un entendimiento extremadamente pragmático, lo cual debería ser una ventaja para quienes trabajamos como activistas en favor de que se logre detener el cambio climático. Ya sabemos lo que esta población quiere oír, cuando tocas a su puerta, no le vengas con cosas super abstractas de un apocalipsis que va a pasar dentro un cierto número de años, y que va a un paso lento y no lo vas a notar. Ellos quieren soluciones prácticas, locales. Cuando tocas a su puerta y le dices para quien trabajas, te preguntan, ¿tú vendes paneles solares? ¿Cómo puedo poner paneles solares en mi techo? Porque saben que de esa manera contribuyen a la solución del problema, y representa una ventaja económica para su familia, porque economizan dinero. Es decir, es una mentalidad más pragmática y por ende yo diría que más fácil de incluir en cuestiones de activismo y de movilización para resolver esta enorme crisis. El problema es que muchas veces, como comunidad nos tienen por descontado. En los Estados Unidos se percibe que las minorías ven los problemas a través de un lente racial exclusivamente, y si no tienen que ver con inmigración, o algo así, que son cosas que a nuestra comunidad le interesa mucho, y que son asuntos de vida o muerte, no nos involucramos. Los activistas y la gente que aboga por el cambio climático, estamos perdiendo una gran oportunidad de movilizar a la masa, por no invertir en estas comunidades que ya están listas para tomar acción, menos genéricamente y más localmente.
¿Qué crees que debería ocurrir para que más comunidades Hispanas se incorporen a la lucha contra el cambio climático, la contaminación y a favor de políticas ambientalistas?
Pedro Cruz: La pregunta del qué hacer es tan importante como la del cómo y con quién lo hacemos. La respuesta es llegar a estas comunidades, no con una lista de presupuesto sobre quiénes somos y con quiénes te vas a encontrar, sino entender que vas a comenzar un proceso de diálogo, en el que tú como organización vas a darte a conocer y vas construir la confianza con este grupo. Eso trae otra pregunta que va directo al núcleo, al corazón del activismo ambientalista en los EE.UU. Existen dos vertientes, una que dice que si no tomamos acción climática ya va a ser muy tarde y se va a destruir el planeta en cuestión de años, así que tenemos que hacer todo lo que sea necesario para salvar el planeta de la manera más eficiente. La otra corriente, por la cual me inclino y me incluyo, es que para las comunidades Hispanas y pobres, la destrucción del planeta y de la calidad de vida es algo con lo que hemos vivido durante generaciones, así que si vienes con ese mensaje no vas a llegar a nosotros, tienes que invertir mejor el tiempo en ganarte nuestra confianza y nuestro apoyo. Tratarnos con respeto y equidad, no asumiendo que tú sabes más que nosotros, que tú entiendes qué es lo mejor para nuestras comunidades, cuando nunca has vivido ni has estado expuesto a los peligros que hemos estado sometidos por generaciones
¿Cuál es tu deseo como activista para que triunfe que la gente tome conciencia sobre el medio ambiente y la justicia ambiental?
Pedro Cruz: Estamos inmersos en una batalla día a día, que se nos hace super difícil verbalizar qué significa ganar para nosotros, como se verá el mundo cuando ganemos por lo que estamos luchando. Idealmente yo pienso que ganar esta batalla quizás por mi condición de inmigrante tiene dos caras. No solamente que se haga justicia en las comunidades Indígenas, Negras e Hispanas de los Estados Unidos, y que estas comunidades estén al centro de la justicia ambiental, sino que también el gobierno de los Estados Unidos entienda su responsabilidad a nivel global, como lo que consumimos aquí afecta otras partes del mundo. Quizás alcancemos el cambio a energía 100% renovable en un tiempo aceptable, pero al mismo tiempo somos uno de los mayores productores de gas y eso lo vamos a querer seguir vendiendo a otras partes más pobres del mundo. Hay que tomar conciencia sobre eso.
El Sierra Club hace un justo homenaje en este mes de la herencia Hispana a todas aquellas personas de origen Hispano que diariamente se esfuerzan para crear conciencia sobre el medio ambiente y la importancia de la justicia medio ambiental. Valga todo nuestro reconocimiento a ellos.
Editor's note: Pedro Cruz is the Director of the Healthy Communities Campaign in Washington D.C. The outlook expressed in this interview is solely his own.
As soon as he begins to speak, the rebellious curls of his hair shoot up like springs, also wanting to intervene in the conversation. And the fact is that his smile, the clarity of his ideas, and the enthusiasm Pedro Cruz exudes becomes very contagious. He is a Quisqueyano, a Caribbean man made of salt, sand, and foam, one hundred percent environmental activist who understood from a very young age the importance of defending the rights of the most vulnerable communities. Pedro rebelled against abuse and contamination when he was barely 15 years old.
Pedro Cruz:< I was born and raised in the Dominican Republic. From very early on, I also got involved in issues of activism, not necessarily about the environment, but for the improvement of the neighborhood where I lived, which was like almost all neighborhoods in Santo Domingo.
In the Dominican Republic, electricity was one of the most severe problems we had and still have. Almost all electricity generation comes from diesel, gas, and now coal. In my neighborhood, there was a textile factory; next to it, there was a playground, a basketball court, and a community space. I remember that one of the first actions we organized was to protect that community space because they wanted to set up a diesel generation transfer plant. At that time, honestly, I didn't know what that meant. I didn't realize that it would pollute the neighborhood and that the smell would be horrible. I knew that they were taking something from us that belonged to us. Hence, as kids from the neighborhood, we organized, picketed, and made a lot of noise. We also talked to our councilor, who tried to dissuade us by saying that this was good for the community because it would bring us electricity. Still, we felt like they would be taking something away from us, and we were getting nothing in return. It's ironic that even my neighborhood, a poor community, still has pretty poor power service. Now they put in a gas power plant, which is on all the time, lighting up the completely dark neighborhood, making noise, and contributing to climate change, but no one criticizes that plant because at least it doesn't smell as bad as the diesel.
How did you get involved in the environmental movement?
Pedro Cruz: In Puerto Rico, I participated in an international conference on burning coal. They invited colleagues from Colombia, from an area where coal mines affect the community. They also invited colleagues from the south of Puerto Rico, where the only energy-generating coal plant is located, and they invited activists from the Dominican Republic, on which beaches they were throwing the ashes from the coal they burned in Puerto Rico. So there you have it in the Caribbean region, this cycle of pollution and, at the same time, this conversation between activists who understood that there are alternatives to this pollution that is killing our communities.
What made you join the Sierra Club? What was the first action you took as an activist?
Pedro Cruz:It was here in Washington, D.C., where I live. I was working on a campaign to improve public transportation service, raising awareness about our public transportation system. If we didn't take action, we risked being segregated again, like in the 1950s. We had to do something because working in public transportation in Washington D.C. It's one of those jobs where you can get a decent wage if you have a high school degree, and most of the people who work there are African-American. When we met with the mayor's office and complained that the projects they were proposing would pour more money into affluent and white communities rather than poor and minority communities, the mayor basically accused us of not knowing what we were doing. I contacted the Sierra Club, who supported the mayor and went to their Washington DC office. I didn't know much about the organization, but I explained to them how supporting this campaign would help increase equity in public transportation in D.C. They didn't understand what I wanted or why I opposed the mayor's plans. We missed an excellent opportunity to establish a strong alliance between workers, users, and environmentalists.
Later I ended up working with an environmental organization in Phoenix, Arizona, and there I contacted the local chapter of the Sierra Club, which was a completely opposite experience. I was able to better understand how the organization worked. In Arizona, I had the opportunity when a position was opened that tried to address environmental justice issues, and I thought: I don't know much about environmental justice, but I know a lot about economic and labor justice. Environmental justice sounds like something super exciting, and since it's the mixture of the two, I said, I want that job, and I was so lucky that I got it, and here I am in the Sierra Club for five years now.<
Tell us about the program/initiative you work on at the Sierra Club.
Pedro Cruz: I work with the Sierra Club's Healthy Communities campaign. This program began as a marriage between environmental, labor, and economic justice, understanding that in order to solve the endemic problems of environmental racism and environmental justice, we have to seek solutions that respond to the health, environmental and economic needs of these communities. That is to say, if we are advocating for renewable energy, the first jobs created must be for the members of these communities. We currently focus on strengthening our solidarity with Environmental Justice activists, addressing the racial disparity in which African-American families and other minorities have to spend a higher percentage of their income on energy (aka, energy burden), and advocating for stronger communities. And better prepared for the impact of climate change. Either we all win, or we won't win.
As Hispanic and Afro-Dominican, Do Hispanic communities understand what environmental justice is?<
Pedro Cruz:There is a highly pragmatic understanding, which should be an advantage for those of us who work as activists in favor of stopping climate change. We already know what this population wants to hear; when you knock on their door, do not come with super abstract things about an apocalypse that is going to happen in a certain number of years and that is going at a slow pace, and you are not going to notice it. They want practical, local solutions. When you knock on their door and tell them who you work for, they ask you, do you sell solar panels? How can I put solar panels on my roof? Because they know that in this way, they contribute to solving the problem, and it represents an advantage. It's economical for your family because they save money. In other words, it is a more pragmatic mentality. Therefore I would say that it is easier to include in issues of activism and mobilization to resolve this enormous crisis. The problem is that many times, as a community, they take us for granted. In the United States, it is perceived that racial populations see problems exclusively through a racial lens and don't get involved in issues unless they have to do with immigration or similar topics - which our community is very interested in and considers matters of life or death. Activists and people who advocate for climate change, we are missing an excellent opportunity to mobilize people by not investing in these communities that are already ready to take action, less generically and more locally.
What do you think should happen so that more Hispanic communities join the fight against climate change and pollution and turn in favor of environmental policies?
Pedro Cruz:The question of what to do is as important as how and with whom we do it. The answer is to reach these communities, not with a list of budgets about who we are and who you are going to meet, but to understand that you are going to start a process of dialogue in which you as an organization are going to make yourself known, and you are going to build trust with this group. That brings up another question that goes right to the core, to the heart of environmental activism in the U.S. There are two sides, one that says if we don't take climate action now, it's going to be too late, and it will destroy the planet in question in a matter of years, so we have to do whatever it takes to save the earth in the most efficient way. The other side, which I believe, is that for Hispanic and poor communities, the destruction of the planet and our quality of life is something that we have lived with through generations, so if you come with that message, you are not going to reach us. Instead, you have to invest time to earn our trust and support. Treat each other with respect and fairness, don't assume that you know more than us or that you understand what is best for our communities when you have never lived or have been exposed to the dangers that our communities have been subjected to for generations.
What is your wish as an activist to make people aware of the environment and environmental justice?
Pedro Cruz: We are immersed in a daily battle, making it very difficult to verbalize what it means to win and what the world will look like for us when we win that fight. Ideally, I think the idea of winning this battle has two faces, and perhaps I see it this way because of my immigration status. Not only the one where there is justice for the Indigenous, Black, and Hispanic communities of the United States, but the one where these communities are at the center of environmental justice, and the United States government understands its responsibility at a global level since our consumption habits here affect other parts of the world. Perhaps we will achieve the shift to 100 percent renewable energy in a reasonable time. Still, at the same time, the U.S. is one of the largest gas producers in the world, and it will probably want to continue selling it to poorer countries. You have to be aware of that.
Sierra Club pays tribute in Hispanic Heritage month to those of Hispanic origin who strive daily to raise awareness about the environment and the importance of environmental justice. All our appreciation goes to them.