Adaptación al español por Gretchen Fournier del artículo original de Tatum McConnel publicado en la revista Sierra del Sierra Club.
Una persecución a alta velocidad por parte de una manada cuidadosamente coordinada podría ser la imagen por excelencia de los lobos cazando. Pero para algunos lobos en el Parque Nacional Voyageurs de Minnesota y más allá, la caza puede implicar un largo día solos, esperando a su objetivo. Para biólogos como Joseph Bump, ver a un lobo permanecer inmóvil la mayor parte del día a menudo significa una cosa: es hora de cazar castores.
Los lobos necesitan paciencia y persistencia para capturar a los castores, ya que es más probable que los roedores semiacuáticos estén nadando en un estanque o usando un camino con vegetación densa que pastando en un prado abierto. El nuevo comportamiento depredador fue revelado por investigadores del Voyageurs Wolf Project, quienes en el 2015 registraron a un lobo cazando y matando a un castor por primera vez. Su investigación ha revelado que los castores son una presa común para los lobos, especialmente durante los meses más cálidos. Sin embargo, no todos los lobos poseen la astucia necesaria para atrapar un castor.
Un estudio reciente de seguimiento ha descubierto que el comportamiento de emboscar es una indicación de personalidades individuales. Estos rasgos personales pueden incluso tener un impacto enorme en las especies y los ecosistemas que los rodean, concluye un nuevo estudio del Proyecto Voyageurs Wolf.
Los científicos han reconocido durante mucho tiempo la capacidad intelectual de los animales, pero esta investigación sobre el comportamiento de los lobos les da una ventana a cómo la personalidad influye en el mundo natural. Dado que los castores son ingenieros de ecosistemas por naturaleza, eliminarlos del paisaje a través de la depredación significa que las represas pueden ser abandonadas, especialmente las represas donde hay un solo castor. Una vez que sus moradas acuáticas se deterioran, la composición del bosque cambia.
"Para que los lobos tengan éxito en las emboscadas, es necesario que puedan esperar en estos estanques de castores a lo largo de los senderos de alimentación, y ciertos individuos esperan con mucha más frecuencia y durante más tiempo que otros", dice Bump, profesor del Departamento de Pesca, Vida Silvestre y Biología de la Conservación en la Universidad de Minnesota, quien dirigió el estudio.
Los lobos que esperan pueden atrapar a su presa, los castores, mientras que los lobos menos pacientes pueden sustentarse con otras fuentes de alimento como ciervos, liebres e incluso bayas, a las que muchos recurren durante el verano. El proyecto también descubrió que los lobos que son exitosos cazando castores saben que deben esperar a sus presas en dirección del viento, pero a menudo esperan a plena vista, ya que los castores tienen mala vista pero un gran sentido del olfato.
Los lobos que formaron parte del estudio llevaban collares GPS. Sin esta tecnología es imposible para los biólogos entender qué hacen los lobos durante el verano, ya que el bosque se llena de densas plantas que impiden la observación directa. Los collares están diseñados para caerse después de dos o tres años, pero antes de eso, el equipo recibe información valiosa sobre adónde van los lobos y cómo pasan sus días.
En el estudio de personalidad, el equipo combinó datos de GPS y observaciones en el campo para saber cuándo un lobo emboscó a un castor. Cuando observaron que un lobo permanecía en el mismo lugar durante muchas horas, supieron que podría estar esperando la oportunidad de atrapar a su presa. Después que el lobo se mudaba del lugar, se buscaba evidencia para saber qué había sucedido.
“Eres como una unidad forense”, dice Thomas Gable, colaborador en la investigación de la personalidad del lobo. Uno se ha acostumbrado a buscar pequeñas pruebas que lo ayuden a comprender qué hizo un lobo en un área determinada. “Eso podría ser una pequeña mota de hueso, podrían ser unos pequeños mechones de pelo. Pero a menudo, es muy sutil”, explica.
Con varios años de datos recopilados de 16 lobos, el equipo creó ocho parejas divididas por edad, manada familiar y ubicación. Descubrieron que mientras algunas parejas cazaban números similares de castores, otros lobos mataban el doble o el triple de castores que sus compañeros de manada. Dado que el nivel de caza del castor varió ampliamente para algunas parejas, incluso entre lobos similares, se descartaron factores como la edad y la densidad de castores al observar la diferencia de comportamiento. Esto significa que las personalidades de los lobos son la causa más probable de la disparidad.
La mayor comprensión de las personalidades de los animales salvajes tiene implicaciones más allá de simplemente cambiar el mundo natural. En el estudio, los investigadores señalan que una mayor comprensión del comportamiento de cada lobo tiene el potencial de mejorar las interacciones entre lobos y humanos.
Por ejemplo, si un lobo mata ganado y daña un negocio de ganadería, algunos podrían querer eliminar letalmente a toda la manada. Esta investigación revela que los rasgos de caza pueden ser únicos en función de las personalidades individuales de los lobos, por lo que los gestores de vida silvestre tendrían la capacidad de poder considerar si esa medida extrema es necesaria.
Después de décadas de investigación sobre las poblaciones de lobos, el siguiente paso es comprender mejor a cada lobo, explica Joseph Hinton, científico investigador sénior del Wolf Conservation Center. “Es como una especie de individuos clave: algunos van a tener un efecto más profundo en sus comunidades locales que otros”, dice.
Cuando los lobos cazan castores en el ecosistema del bosque boreal del Parque Nacional Voyageurs, eliminan los humedales que esos castores mantienen con sus diques. Cada año, cuando los castores jóvenes se separan de sus padres, crean estanques en áreas más secas mediante la construcción de nuevos diques. Sin la participación de los lobos, el 84 por ciento de esos humedales permanecen durante al menos un año. Pero cuando un lobo mata al castor joven, el estanque se secará, según muestra la investigación del proyecto.
La fuerte depredación de una especie clave como los castores puede parecer preocupante porque sus humedales promueven la biodiversidad. Pero no parece tener un impacto negativo: "No vemos caídas en la densidad de castores a escala del paisaje, incluso cuando tenemos estas fuertes personalidades cazadoras de castores", dijeron los investigadores.
En un ecosistema con una población saludable de castores como el Parque Nacional Voyageurs, los castores jóvenes crean nuevos diques regularmente. Entonces, si bien un lobo persistente puede reducir los humedales durante al menos un año cazando castores, otros nuevos pueden reemplazarlos. Aparentemente, los castores también tienen una personalidad persistente.
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