Cuando era más joven pasaba los días afuera; corriendo por el vecindario, levantándome como si nada cuando me caía o jugaba a cocinar junto a mis amigos con nuestros juguetes, por los alrededores. Las hojas eran la ensalada y la tierra jugaba el papel de agua de tamarindo y otras pociones. Terminar los días sudada y sucia, con las uñas y manos mugrientas era siempre una señal de haber tenido un buen día. Mientras nuestros padres se preparaban para la próxima jornada, era una niña inocente y nunca me vi haciendo eso, mi deseo era estar siempre afuera, jugando. Pero por supuesto la niña inocente creció.
Todo fue muy rápido: la escuela intermedia, la escuela superior, la universidad, el trabajo, la universidad de nuevo y finalmente la carrera. Incluso dejé de ir a México con tanta frecuencia, pasé de visitar una vez al año a cuando se pudiera. Estar afuera se había convertido en un fastidio y sentía que estaba perdiendo mi Latinidad. La universidad me ayudó a conectarme más con mi feminidad y eventualmente me ayudó a conectarme con el lugar donde terminaría trabajando, el programa para jóvenes UP de la Universidad Popular. Fue allí donde empecé a crear lazos con mi cultura, a estar en el México del medio oeste, a sumergirme y adoptar sin reparos mi identidad de mujer Chicana. El programa del Sierra Club llamado Inspiring Connections Outdoors de Chicago (ICO por sus siglas en inglés) estaba asociado con la organización, y a pesar de que el trabajo de ellos estaba dirigido a personas más jóvenes también había espacio para mi aprendizaje y crecimiento. Encontré satisfacción en la naturaleza a través de la conservación, caminatas y en la observación de aves. Todo eso me ayudó a apreciar y recordar esos largos días que pasé corriendo de árbol en árbol. Estar al aire libre pasó de ser algo que me aterraba e incomodaba a sentirme más cómoda acampando, gracias a estas actividades.
Recientemente también he comenzado a trabajar en mi espiritualidad. Me he embarcado en muchas travesías a través de los años, pero en mi estado mental actual tiene más significado. Esto no solo me ha permitido conectarme más a fondo con la comunidad, sino también a entender que todo en este mundo está entrelazado. A través de ICO Chicago, recibimos entrenamiento para acampar con Adventures Accessed, entre otros recursos, lo cual me dio la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza. Aaron, nuestro líder, dijo algo que me llegó y permitió que esta experiencia fuera parte de mi travesía personal: “no somos nosotros contra la naturaleza, es nosotros con la naturaleza”.
Esto es un proceso y los procesos no son lineales. Lenta pero segura estoy aprendiendo a dejar atrás ideales que no me aportan nada mientras me aferro y aprendo a valorar la visión del mundo de aquella niña inocente, quien merece flores, porque fue ella quien me enseñó a simplemente ser. Estoy tomando cada experiencia como una oportunidad para aprender y crecer para luego poder compartirla con mi comunidad. Luego de pasar años alejándome involuntariamente de mi cultura, me di cuenta de que era la parte de mi que me permitía amar y valorar la simplicidad y belleza del mundo a mi alrededor. Ha sido un honor poder compartirlo con otros, trabajar con mi comunidad mientras continúo creciendo como mujer Chicana y parte de este gran universo.