Al cumplirse el mes del Black History hacemos un homenaje a algunos destacados Afro-Latinos que han luchado por los Derechos Humanos, los derechos de la mujer, el medio ambiente y sus comunidades.
Todo lo que hace de Ritchie Torres excepcional es todo lo que en un momento dado se pudo considerar que trabajaría en su contra: joven, gay, Negro, Latino, hijo de madre soltera, criado en una vivienda pública, asmático.
Pero es esa larga lista de cualidades que posiciona a Torres en camino hacia una vertiginosa carrera en el mundo de la política estadounidense. Ritchie fue la persona más joven en haber sido elegida para un puesto en el Concejo de la Ciudad de Nueva York, desde esa plataforma impulsó un sin número de iniciativas que han creado leyes para solucionar problemas que aquejan a las comunidades que representaba al momento de ocupar ese puesto. Sus propuestas abarcaron desde la protección para trabajadores del llamado “gig economy” hasta buscar una transformación del sistema público de vivienda de Nueva York, el más grande de los Estados Unidos.
Durante su mandato, el cual duró 4 años, como miembro del Concejo de la Ciudad de Nueva York, Torres abordó los problemas de vivienda desde una perspectiva de sostenibilidad. Se expresó apasionadamente sobre la infestación de moho y abogó para que fuera un requisito usar materiales de construcción eco amigables en la construcción de vivienda pública. No cabe duda que las complicaciones de salud que Torres sufrió mientras crecía influyeron grandemente en las causas en las cuales ha decidido envolverse porque no es lo mismo crecer con asma que crecer sufriendo de asma en ambientes inhóspitos. La zona donde Ritchie vivía cuando era niño, el Bronx, está plagada de plantas de electricidad, estaciones de transferencia de desechos y plantas de gas natural, lo que le valieron al área el apodo de "callejón del asma".
“Mi vida es algo así como una metáfora. Crecí en una zona de viviendas públicas justo al otro lado de la calle de un campo de golf propiedad de Trump. Mientras veía que las condiciones en mi propia casa empeoraban cada día, el gobierno había invertido más de $100 millones para construir un campo de golf en honor a Donald Trump. Y recuerdo haberme preguntado en ese momento: "¿qué significa que nuestra sociedad esté dispuesta a invertir más en un campo de golf para esta persona que en hogares para gente de pocos recursos?". Fue esa experiencia de desigualdad lo que me inspiró a convertirme en un organizador comunitario. Y finalmente di el salto de fe y me postulé para un cargo público”, dice Torres.
Los problemas de salud que sufrió Ritchie no se limitaron a condiciones físicas, él ha sido muy abierto al hablar de su batalla contra la depresión: su franqueza sobre la misma tiene sus raíces en la experiencia vivida como persona LGBTQ. “Cuando eres abiertamente LGBTQ, tienes que pasar por el proceso de aceptar quién eres y compartirlo con los demás. Y ese proceso te enseña integridad. Y eso se aplica no solo a tu sexualidad, sino a todos los aspectos de tu vida. No me avergüenzo de admitir que lucho contra la depresión ni de que tomo un antidepresivo todos los días. Siento que, como funcionario público, tengo la obligación moral de romper el estigma y el silencio que con demasiada frecuencia rodean a la salud mental y la preferencia sexual de cada individuo”, dice Torres.
Pero no es su salud mental ni su sexualidad lo que define a este joven, es su tenacidad, su pragmatismo, su interés genuino por los problemas que aquejan a las comunidades por las cuales trabaja incansablemente, su intelecto y visión. El futuro tiene nueva cara y Ritchie Torres es parte de él.
Este mes del Black Heritage , y siempre, el Sierra Club desea rendirle homenaje a este Afro-Latino y muchos otros que ante todo obstáculo se crecen para serle fiel a sus creencias y a quienes son.
ENGLISH TRANSLATION
On the occasion of Black History month, we pay tribute to some outstanding Afro-Latinos who have fought for Human Rights, women's rights, the environment and their communities.
Everything that makes Ritchie Torres exceptional is everything that at any given time could be considered to work against him: young, gay, black, Latino, son of a single mother, raised in public housing, asthmatic.
But it is that long list of qualities that positions Torres on the path to a dizzying career in the world of American politics. Ritchie was the youngest person to have been elected to a position in the New York City Council, from that platform he promoted a number of initiatives that have created legislation to solve problems that afflict the communities he represented at the time of occupying That position. His proposals ranged from protecting workers in the so-called "gig economy" to seeking a transformation of the public housing system in New York, the largest in the United States.
During his 4-year tenure as a member of the New York City Council, Torres approached housing issues from a sustainability perspective. He spoke passionately about mold infestation and advocated making it a requirement to use eco-friendly building materials in the construction of public housing. There is no doubt that the health complications that Torres suffered while growing up greatly influenced the causes in which he has decided to get involved, because growing up with asthma is not the same as growing up suffering from asthma in inhospitable environments. The area where Ritchie lived as a child, the Bronx, is riddled with power plants, waste transfer stations and natural gas plants, earning the area the nickname "asthma alley."
“My life is something like a metaphor. I grew up in a public housing development right across the street from a Trump-owned golf course. As I watched conditions in my own home worsen by the day, the government had invested more than $100 million to build a golf course in honor of Donald Trump. And I remember wondering at the time, "What does it mean that our society is willing to spend more on a golf course for this person than on low-income homes?" It was that experience of inequality that inspired me to become a community organizer. And finally I took the leap of faith and ran for public office,” says Torres.
Ritchie's health issues were not limited to physical conditions, he has been very open about his battle with depression and his openness about it is rooted in his experience as an LGBTQ person. He says, “When you're openly LGBTQ, you have to go through the process of accepting who you are and sharing that with others. And that process teaches you integrity. And that applies not only to your sexuality, but to all aspects of your life. I am not ashamed to admit that I struggle with depression or that I take an antidepressant every day. I feel that, as a public official, I have a moral obligation to break the stigma and silence that too often surround the mental health and sexual preference of each individual.”
But it is not his mental health or his sexuality that defines this young man, it is his tenacity, his pragmatism, his genuine interest in the problems that afflict the communities for which he works tirelessly, his intellect and vision. The future has a new face and Ritchie Torres is part of it.
In this Black History month, and always, the Sierra Club wishes to honor those who truly deserve it. People who, in the face of every obstacle, grow up to be faithful to their beliefs and who they are.