(English follows)
A millones de hispanos nos hace falta un salvador soplo de aire fresco, más que nunca. Y California, con 14 millones de hispanos, es el estado que más lo necesita, según el reporte “Estado del Aire” de la Asociación Pulmonar Americana (APA).
El informe indica que muchas de las ciudades estudiadas —incluyendo Los Angeles, San Diego, San Francisco y Nueva York— igualaron o rompieron sus récords de suciedad del aire. También subraya que la crisis climática está haciendo “más difícil proteger la salud pública”.
Esta asfixiante realidad necesita urgentemente a héroes comunitarios como los protagonistas del cortometraje bilingüe “Campeones de Energía Limpia”. En la pieza, filmada en Tucson, Arizona, el maestro de escuela Oscar Medina y el técnico de energía solar Sal Amador presentan las abrumadoras ventajas de la energía limpia y renovable frente al bombardeo diario de la contaminación de combustibles fósiles.
“La verdad es que tenemos que hacer más para traer la energía limpia y renovable a la gente que más lo necesita”, dice Amador. “Por eso es que estoy aquí, este es mi destino. Quiero traer tecnología de energía limpia a mi gente”.
South Tucson sufre desproporcionadamente las consecuencias de este bombardeo al contener todos los grandes focos de contaminación del área, incluyendo una planta de combustión de gas, una gran autopista y un lugar designado como supertóxico.
“Nos estamos educando cada vez más sobre las viejas industrias que dañan a nuestras familias y nuestros hijos”, indica Medina. “Creo que es de sentido común hacer lo saludable y correcto. Sabemos que el cambio climático no se va y debemos construir comunidades que sean más resilientes”.
South Tucson es un ejemplo más de las incontables comunidades hispanas de todo el país impactadas por este abuso. Pero ahora cuentan con una esperanzadora alternativa —las nuevas y renovables fuentes de energía limpia, como la solar y la eólica, que combaten la contaminación tóxica, y crean empleos bien pagados para hispanos de todo el país.
Y pese a la administración más hostil contra el medio ambiente y la lucha climática de la historia, las buenas noticias en este frente abundan. En abril, por primera vez, la generación de energía limpia superó a la procedente del carbón en Estados Unidos, algo totalmente impensable hace solo cinco años.
Según un estudio de la firma Energy Innovation, es más barato clausurar casi todas las plantas carboneras del país y sustituirlas con fuentes limpias, como la solar y la eólica que sigan en funcionamiento.
El avance es mundial. La Agencia Internacional de Energía Renovable (AIER) informa que gracias al abaratamiento y mejoras técnicas, en 2018 un tercio de toda la capacidad energética del mundo provino de fuentes renovables y que el 84% del crecimiento se debió fundamentalmente a instalaciones solares y eólicas. Asimismo, en un estudio separado, AIER predice que gracias precisamente al espectacular avance tecnológico, la energía limpia y renovable ahorraría al mundo unos $160 billones (trillions en inglés) en los próximos 30 años, lo cual nos permitiría evitar las peores consecuencias de la crisis climática.
Como dice Medina, “Las soluciones están aquí, las tecnologías están aquí, y creo que las familias hispanas van a exigir más y más energía renovable”.
Porque es justo y necesario.
Clean Energy Changemakers
Millions of Latinos need a breath of fresh air, now more than ever. California, which boasts the largest Latino population in the US, is the state that needs it the most, according to the latest State of the Air report by the American Lung Association (ALA).
The study indicates that many US cities — including Los Angeles, San Diego, San Francisco, and New York City — have equaled or broken their record levels for unhealthy air quality. It also comes as no surprise that the report concluded that the climate crisis “is making it harder to protect human health.”
This asphyxiating reality is in dire need of community heroes, such as those featured in the short film “Clean Energy Changemakers: Tucson,” filmed in Arizona, another state with particularly poor air quality. In the piece, high school teacher Oscar Medina and solar technician Sal Amador explain the overwhelming advantages of clean, renewable energy over the daily bombardment of fossil fuel pollution their community suffers.
“The truth of the matter is more needs to be done to bring clean, renewable technology to the people who need it the most,” says Amador. “That’s why I am here, that’s my end game. I want to bring clean energy technology to my people.”
South Tucson disproportionately suffers the consequences of this bombardment as it is home to all the area’s major polluting sources, including a gas-burning plant, a major freeway and a Superfund site.
“We are becoming more educated about these old industries that are hurting our families and our children,” indicates Medina. “I think it’s common sense to do what’s healthy and what’s right. We know climate change is here, is not going away, and we need to build communities that are more resilient.”
South Tucson is one more example of Latino communities across the country unfairly punished by pollution and the climate crisis. Now, however, they can count on a hopeful alternative — new, renewable energy sources that fight climate change and toxic pollution, while creating good-paying jobs for Latinos across the country.
Regardless of the relentless efforts by the most hostile US administration ever toward the environment and climate action, the good news on this front keeps pouring in. In April, for the first time in US history, the output of clean energy surpassed that of coal — something totally unthinkable just five years ago.
According to a study by Energy Innovation, an energy and environmental research firm, it is now cheaper to shut down most coal-burning plants and replace them with clean sources, such as solar and wind, than it is to keep them running.
This progress is worldwide. The International Renewable Energy Agency (IRENA) reports that thanks to the phenomenal technological advances in renewable energy, in 2018 a third of the world’s energy capacity came from renewable sources, and solar and wind accounted for 84% of that growth. In another study, IRENA predicts that because of falling costs and enormous technological leaps, clean, renewable energy could save the world economy $160 trillion over the next 30 years — which would also allow humanity to avoid the worst consequences of the climate crisis.
As school teacher Medina says, “The solutions are here, the technologies are here, and I think Latino families are going to push more and more in this direction of renewable energy.”
It is the just and necessary thing to do.