Entrevista con el Dr. Mario Molina, Ganador del Premio Nóbel de Química de 1995

El Dr. Molina es el único científico mexicano que ha ganado el Premio Nóbel. Lo consiguió en la categoría de química por haber descubierto la causa de la erosión en la capa de ozono de la atmósfera.

El agujero en este protector natural contra los rayos ultravioleta del sol contribuyó al aumento astronómico de los cánceres de piel y amenazaba con dejar a la humanidad desprotegida contra esta terrible amenaza. Gracias a su labor se celebró en 1987 el Protocolo de Montreal, por el cual las naciones del mundo se comprometieron a prohibir los productos químicos que causaron la erosión de la capa.

El Dr. Molina es hoy una de las principales voces del coro científico que urge al mundo a actuar decisivamente contra el cambio climático. En esta entrevista realizada el 18 de septiembre nos habla de este tema, los obstáculos que impiden un combate eficaz contra este fenómeno y las soluciones para resolver este reto.

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P. Las Naciones Unidas acaban de informar que la capa de ozono se está recuperando satisfactoriamente. ¿Qué comentarios tiene usted como uno de los artífices de este éxito medioambiental?
R. Realmente es muy satisfactorio, y es un precedente muy importante que hayamos tenido en el planeta un problema ambiental global y que se haya podido arreglar, y como consecuencia de haber colaborado distintos sectores, el sector académico, pero también el sector diplomático, privado y empresarial y las Naciones Unidas. Pudimos trabajar juntos para resolver el problema a través del Protocolo de Montreal que prohibió la producción de los compuestos que estaban afectando al medio ambiente, a la capa de ozono. Así es que lo importante es que tenemos un caso que demuestra que sí, se puede. Ya sabíamos que se iba a tardar en recuperar la capa de ozono, pues estos compuestos industriales son los que se emitieron el siglo pasado, pero permanecen muchos años en la atmósfera. Ya sabemos que la cantidad que hay en la atmósfera ya está disminuyendo con mucha claridad, pero lo importante de esta noticia es que como esperábamos, también se empieza a recuperar la capa de ozono. Sabemos que va a tardar décadas a que ya esté totalmente recuperada.

¿No cree usted que los gobiernos del mundo deberían tratar el cambio climático igual que la erosión de la capa de ozono? ¿Por qué no hay una actitud global firme contra esta terrible amenaza?
Hay muchas analogías con la capa de ozono, pero hay algunas diferencias. Por un lado es más complicado el problema del cambio climático porque involucra el uso de energía de combustibles fósiles que son parte de muchas actividades distintas en la sociedad. Pero en fin, si ésta fuera la única diferencia, pues no habría excusas para que no hubiera ya un acuerdo. El problema es que se politizó el asunto y grupos de interés con mucha fuerza, pues los combustibles fósiles que son importantes, se propusieron a desacreditar a la ciencia del cambio climático a través de los medios. Esto está muy bien documentado y es una repetición de lo que ocurrió con el tabaco. Es decir, algunas de las mismas organizaciones lo hicieron con mucha efectividad, de tal manera que los medios respondían diciendo que hay algunos científicos que piensan que sí y otros que piensan que no. Esto es totalmente falso. La gran mayoría de los expertos está de acuerdo en que hay un problema muy serio y que han estudiado con mucho cuidado y mucho detalle las objeciones de algunos expertos poniendo dudas en algunas partes del problema. Pero en fin, esa es la gran diferencia, que esa campaña de desacreditación tuvo un impacto muy grande y desafortunadamente en lo no políticamente con el pensamiento del Partido Verde en Estados Unidos, los republicanos estaban muy preocupados con que el gobierno tuviera cualquier influencia en nuestra vida privada y vieron que esta era una manera de evitar que hubiera una imposición del gobierno porque no está muy claro que el problema sea serio. Entonces esas son las enormes diferencias y todavía no se resuelven. Pero los grupos científicos estamos ya tratando de aclarar que eso es una barbaridad, que es una irracionalidad gigantesca. Yo he trabajado con la American Association for the Advancement of Science, con un reporte titulado “What We Know.” Y este establece que hay aspectos del cambio climático que no son cuestionables, igual que no es cuestionable la existencia de moléculas y átomos. Lo fue hace un siglo, pero ya no. Sería absurdo que alguien lo cuestionara, igual que la Tierra fuera plana o no. De la misma manera, hay aspectos del cambio climático que están muy claros y que no son reconocidos. Pero hay otros que no sabemos con certeza cuánto van a empeorar el clima y vemos la cuestión de riesgo, y por eso es importantísimo empezar a resolver el problema. Son problemas de identidad del partido actual. Lo aclaro porque

Existe una gran diferencia de percepción y conciencia climática entre los países latinoamericanos y los países de habla inglesa como Estados Unidos, Canadá y Australia. ¿Por qué nosotros sí creemos a los científicos y otros países tan poderosos siguen acentuando las dudas?
Primero hay que aclarar que en EEUU hay una gran división. Yo trabajo con el Presidente Obama como miembro de su grupo de asesoría científica, y él y la mayoría de los demócratas están totalmente convencidos de que el problema es muy serio y que hay que actuar y por eso el Presidente Obama está haciendo todo lo que puede que no requiera la aprobación del Congreso. No podemos generalizar a Estados Unidos. Estados como California ya están tomado medidas. Es nada más que el Partido Republicano, y ni siquiera son los republicanos de antes, yo también estoy trabajando con republicanos de administraciones anteriores que también quieren resolver el problema. Así que son problemas de identidad actual. Lo aclaro porque no podemos generalizar que Estados Unidos no quiera resolver el problema. Es una parte que controla de momento el partido. Pero en los países latinoamericanos, México sí es un líder para tratar de resolver el problema, y muchos países latinoamericanos están empezando a responder. Pero como no hay un acuerdo internacional no se han tomado medidas importantes. Pero tengo la impresión de que muchos de nuestros países latinoamericanos es muy positiva, como es el caso de Chile, con la presidenta Bachelet. Pero claro esto tiene que ser un acuerdo internacional. No podemos perder competitividad. No sería factible que hubiera un acuerdo internacional sin que Estados Unidos participara porque si subiera un precio a las emisiones debería ser el mismo precio para Estados Unidos.

La ONU nos ha advertido que las personas más vulnerables a los efectos del cambio climático son los habitantes de países en desarrollo y las minorías de los países industrializados. ¿Qué piensan los mexicanos, por ejemplo, ante la desidia del Congreso de Estados Unidos al confrontar este terrible reto?
Para mi eso es muy importante. No importaría si hubiera un grupo importante que tuviera opiniones científicas distintas, y no bien fundamentadas. Pero importa muchísimo si tienen implicaciones políticas, implicaciones negativa tanto como para poblaciones minoritarias en los países desarrollados como Estados Unidos, como para muchos países pobres. Esto es una falta de responsabilidad enorme, de no tomar en cuenta el riesgo que están corriendo estos grupos. Tengo la expectativa, siendo tan optimista, y viendo la irracionalidad de esta gente, que empieza a haber cambios y estos cambios en Estados Unidos, por ejemplo, se podrían reforzar con nuestra comunidad hispana. Nosotros somos más vulnerables, quizá los vayan a sufrir más. Estados Unidos ya ha tenidos muchos eventos que con mucha probabilidad se hayan intensificado por el cambio climático. Ya no es sólo que en los países pobres estén pasando cosas. El hecho de que haya eventos extremos, acoplado a que en nuestra comunidad hispana haya presión para que responda el gobierno, y que los partidos tengan que tomar en cuenta esos votos, entonces ojalá y esto acelere el cambio hacia un sistema mucho más racional y se confronte el problema del cambio climático.

Líderes de todo el mundo se van a reunir en Nueva York en unos días para discutir un posible tratado mundial contra el cambio climático. Si dependiera de usted, ¿qué incluiría ese tratado?
Habría que empujar hacia un acuerdo internacional que le pusiera un precio a las emisiones de los gases invernadero. Pero ahora en septiembre eso todavía no es posible por lo que platicábamos de que el Congreso de Estados Unidos no aprobaría un acuerdo internacional. Entonces, siendo realista lo que tiene que pasar este septiembre, es preparar el camino para que en las próximas reuniones en Perú y quizá más importante en París, para ver si para entonces ya puede haber este acuerdo. Y mientras tanto, aunque no haya un acuerdo internacional, una de las metas muy claras es que cada país empiece a tomar medidas y que se declare con claridad qué es lo que está haciendo cada país. Pero hay muchas medidas que llamamos ganar-ganar, por ejemplo., que no requieren un acuerdo internacional porque le convienen a la economía del país, como usar energía más eficientemente, no tener focos incandescentes que gastan mucha energía, etc. Pero esa es la idea, que todos los países empiecen a establecer una respuesta a nivel global para reducir emisiones.

Este domingo, coincidiendo con la reunión mundial en Nueva York, se va a celebrar la Marcha Climática de los Pueblos que desfilará por las calles de Manhattan en demanda de un combate decido y efectivo contra el cambio climático. ¿Qué mensaje envía usted a los participantes de la que ya se considera la mayor manifestación contra el cambio climático de la historia?
El mensaje es que hay que seguir peleando, porque todavía una buena parte de la población en Estados Unidos está mal informada por esa campaña por esa campaña de desacreditación que denunciamos. Hay que empezar a convencer a la otra mitad de que está mal informada y de que no sólo es un problema de futuras generaciones, sino un problema que ya tenemos encima que ya tenemos que resolver. Hay tres mitos importantes: 1) Los científicos no están de acuerdo, eso es falso; 2) que lo podemos dejar para el futuro, también es falso, y 3) que nos va a arruinar económicamente, cuando es al revés. Se puede hacer de una manera muy inteligente sin que afecte el desarrollo económico. Acaba de haber otro de reporte de un grupo importante liderado por el expresidente de México, Felipe calderón, donde de nuevo vemos que se puede resolver el problema a un costo muy reducido. Así que vemos que podemos crear trabajos y reducir emisiones. Es una cosa muy falsa que no podemos hacer nada porque arruinaría la economía. Si no hacemos nada, y tenemos desastres como en México, lo que acabamos de ver en Los Cabos, nos va a salir mucho más caro.  

Pese al pesimismo de muchas personas con respecto al cambio climático, estamos viendo un cambio de dinámica. La energía limpia en Estados Unidos se está haciendo tan competitiva o incluso más barata que la convencional. Las acciones de la industria de combustibles fósiles corren el peligro de quedarse aisladas, o como se dice en inglés, “stranded” en manos de sus propietarios sin opción a venta. ¿Es usted optimista sobre el futuro del clima y de la Humanidad?
Sí, yo soy optimista. Y es una parte importante lo que usted acaba de describir. Las energías limpias ya están compitiendo favorablemente y mientras más desarrollo tecnológico haya, pues más van a competir. Pero el otro lado de la moneda es que hay indicaciones que tenemos que actuar con mucha rapidez y no es suficiente a que la tecnología sea más barata. Por eso es que sería muy conveniente que se pudiera un precio a las emisiones carbono. Un precio que sea lo que realmente le cuesta a la sociedad estar emitiendo estos gases de efecto invernadero. Eso ayudaría a que fuera más rápida la transición. Pero estoy de acuerdo con usted. Ya empezamos a ver el cambio, y soy incluso más optimista porque ya vemos que está tan claro el aspecto tecnológico y científico, que en unos años ya creo que sí va a haber un acuerdo internacional del tipo del que tuvimos con el Protocolo de Montreal. Ya no es justificable que sigamos viviendo en una época de irracionalidad como si la astrología nos dijera qué es lo que hay que hacer.