Los Trucos Sucios de la Energía Sucia/The Dirty Tricks of the Dirty Energy Industry

(English follows)

Desde que fui padre por primera vez, me ha sido imposible explicar a mi hija qué anima a los causantes de la emergencia climática en la que nos encontramos. ¿Qué nivel de codicia y corrupción moral evita que los ejecutivos de la industria de combustibles fósiles miren a sus hijos a los ojos y les digan: lo siento, pero tú naciste una generación demasiado tarde?

Los trapos sucios de la industria de energía sucia siguen saliendo a la luz pública con un extraordinario hedor a corrupción. Lo más reciente concierne al gigante petrolero Exxon. Un nuevo estudio publicado en la revista Science revela lo que ya sabíamos, que desde la década de los 70 Exxon conocía que sus productos estaban destruyendo la atmósfera de la que todos dependemos. Pero este nuevo reporte aporta extraordinarios detalles de la enorme exactitud con la que los científicos de Exxon predijeron la emergencia climática en la que hoy nos encontramos.

Los autores declararon que Exxon fue “extraordinariamente exacto en sus predicciones climáticas” de hace 45 años, agregando que “hemos determinado que entre el 63% y 83% de las proyecciones climáticas reportadas por los científicos de Exxon fueron exactas en predecir el subsecuente calentamiento global”. Sus predicciones de un calentamiento de +/- 0,04 grados centígrados por década coincidieron con predicciones emitidas incluso en 2007, casi 30 años más tarde.

Exxon encubrió este conocimiento crucial para el futuro de nuestra especie en el planeta con una carísima campaña de engaños y mentiras, atacando y ridiculizando a los científicos independientes que más tarde llegaron a las mismas conclusiones.

“ExxonMobil no alertó a inversionistas, consumidores ni al público en general de estos descubrimientos”, concluyen los autores.

No solo a Exxon, sino que a la industria entera se le están derrumbando su sarta de mentiras y engaños. Una investigación exhaustiva que el abogado ambientalista Carroll Muffett comenzó en 2008 finalmente reveló que el American Petroleum Institute (API), el grupo que aglutina al sector petrolero, durante décadas ocultó un estudio previo que también predijo la emergencia climática con pasmosa exactitud.

“Parece no haber duda alguna de que el daño potencial a nuestro medio ambiente podría ser severo”, concluyó el reporte emitido en 1968 (!). “Es probable que ocurran incrementos notables de temperatura. Las futuras consecuencias tienen que ser de gran preocupación”.

“Una vez que abrí el reporte me quedó claro lo profundamente importante que era”, recuerda Muffett, agregando que estas conclusiones significaban océanos más calientes, el derretimiento de los casquetes polares y el aumento del nivel del mar hasta cuatro pies por década. “La ciencia climática era clara, abundante y las mejores indicaciones apuntaban a que los riesgos eran realmente sustanciales”, concluyó.

Este y otros descubrimientos sobre la campaña de desinformación de la industria se están usando como evidencia en una larga lista de querellas legales en todo el mundo, incluyendo Minnesota, Delaware, Rhode Island, Baltimore, Honolulu, hasta más de 20 localidades en Estados Unidos que exigen responsabilidades a las petroleras por los desastres de la crisis climática. Los expertos legales destacan que estas querellas se basan fundamentalmente en que el API, Exxon, Shell y el resto de la industria no pueden negar la existencia de sus propios estudios ni la extraordinaria exactitud en predecir la crisis climática.

Pero la industria no aprende e insiste en negar la peligrosidad de sus productos. En Ohio, dinero negro de grupos afines a la industria consiguió redefinir el gas fósil como “energía limpia”. El director de la compañía petrolera de Emiratos Árabes Unidos logró la presidencia de la próxima reunión climática de la ONU, COP28. Las petroleras no renuncian a sus planes de expandir sus explotaciones alrededor del mundo.

Nos encontramos en una pelea planetaria para obligar a la industria de energía sucia que se mire al espejo y renuncie a la codicia y corrupción que amenazan el futuro de nuestra especie.

(English)

The Dirty Tricks of the Dirty Energy Industry

Ever since I became a parent, I have been unable to explain to my daughter what fuels the will of those responsible for the climate crisis. What level of greed and corruption keeps the fossil fuel industry executives from looking their children in the eyes and saying: I am sorry, but you were born a generation too late.

The stench of such greed and corruption keeps being exposed publicly, the most recent instance being related to oil giant Exxon. A new study published by Science Magazine confirms what we all knew, that since the 1970’s, Exxon was well aware that its products were destroying the planet’s atmosphere. But this new report provides extraordinary details about the astonishing accuracy with which Exxon scientists predicted the climate emergency we all are confronting today.

Its authors declared that Exxon was “extraordinarily good at climate predictions” 45 years ago, adding that 63% to 83% of the climate projections reported by Exxon scientists were accurate in predicting subsequent global warming. Their projections that a warming of +/-.04 degrees Celsius per decade coincided with forecasts issued even in 2007, almost 30 years later. Exxon covered up this knowledge crucial for the future of our species through a richly-funded campaign of deception and lies, attacking and ridiculing independent scientists who eventually reached the same conclusions.

“Exxon did not alert its investors, its consumers, or the general public about its discoveries,” the authors concluded.

Not only Exxon, but the whole industry is seeing their lies and deceptions crumble in real time. An exhaustive investigation that environmental attorney Carroll Muffett initiated in 2008 finally revealed that the American Petroleum Institute (API), the industry’s trade group, for decades hid a study it commissioned that also predicted today’s climate emergency with astounding accuracy.

“There seems to be no doubt that the potential damage to our environment could be severe,” the authors concluded in their 1968 paper (!). “It is likely that noticeable increases in temperature could occur. The prospect for the future must be of serious concern.”

“Once I actually opened it, it was immediately clear how profoundly important it was,” Muffett recalls, adding that these conclusions meant warmer oceans, melting ice caps, and sea levels that could rise as much as four feet per decade. “The climate science was clear, abundant and the best indications were that the risks were really substantial,” he concluded.

These and other discoveries about the industry’s decades-long disinformation campaign are being used as evidence in a long list of court cases around the world, including Minnesota, Delaware, Rhode Island, Honolulu and up to two dozen other states and cities in the US who demand accountability from the oil industry for its role in climate disasters. Legal experts underline that these court battles are fundamentally based on the fact that the API, Exxon, Shell and the rest of the industry cannot deny the existence of their own studies nor their extraordinary accuracy to predict the climate crisis.

But the industry won’t learn and insists on denying how dangerous its products are. In Ohio, dark money from groups supporting the industry was able to redefine fracked gas as “clean energy.” The head of the United Arab Emirates’ oil company managed to be selected to preside at the UN’s next climate summit COP28. And the oil companies will not renounce their plans to expand their production around the world.

We find ourselves in a planetary struggle to force the dirty energy industry to look itself in the mirror and renounce their greed and corruption that threatens the future of our species.


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